Fueron varias las personas las que se acercaron este miércoles 21 de agosto a las instalaciones de la Funeraria El Prado Norte para pedir justicia por la muerte de Wilson Eduardo De Jesús Royero Díaz, quien el pasado domingo 18 de agosto habría sido apuñalado por su pareja sentimental en Anzá, Antioquia, lugar donde residía.
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En los actos fúnebres estaba Kelly Royero, una de las cuatro hermanas del fallecido y quien se mostraba con más fortaleza entre las condolencias que emanaban de los allegados. No obstante, no ocultó su tristeza al conversar sobre el recuerdo que tiene de su hermano.
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“Mi hermanito era el único hombre, el resto somos mujeres. Su vida siempre estuvo marcada. Nació con ciertos percances de salud y sus padres lucharon por él desde niño para sacarlo adelante. Era extremadamente noble. Si podía huir de un altercado lo iba a hacer. Se viene un proceso judicial largo pero confiamos en la justicia de nuestro país”, dijo inicialmente a EL HERALDO.
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“Wilson era el médico de la familia. El chico consentido de nosotros. Tenía muchos sueños por cumplir, estaba recién graduado prácticamente. Quería especializarse como ortopedista, la idea era apoyarlo en ese proceso”, agregó.
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Royero Díaz, de 26 años, viajó hacia Antioquia hace aproximadamente año y medio para hacerse un espacio en el gremio de la medicina. Allá continúo con su relación sentimental con una mujer llamada Ximena Martínez, quien tiene 36 años y actualmente se encuentra bajo detención domiciliaria tras ser la principal sospechosa de su muerte. Familiares aseguraron que el noviazgo venía complicándose.
“Nosotros teníamos conocimiento de la situación que estaba viviendo. Sus compañeros nos llegaron a decir que también sabían que estaba siendo maltratado. A Wilson le gustaba ir al gimnasio, pero llegaba al turno arañado y moreteado. Ella no quería terminar la relación, quizás mi hermano intentaba darle manejo a la situación”, explicó sobre lo sucedido.
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Kelly apuntó que “lastimosamente estamos en una sociedad que tiene una presión fuerte hacia el hombre para que no se vea vulnerable”. “Quizás mi hermano no tomó los correctivos como denunciar, pero lo que quiero que quede claro es que los hombres también sufren acoso físico y psicológico”, declaró sumando que, de hecho, en el mes de mayo el fallecido había sido golpeado por la expareja de la procesada.
“A las autoridades pedimos justicia y que se tipifiquen estos delitos como debe ser tras una investigación exhaustiva. Una persona que actúa y que a voz populi dice que va a atentar contra mi hermano no está en intenso dolor, pena o ira, tampoco como dice ella que fue algo del momento”, finalizó.
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Sobre lo que lo que le diría si tuviese una última conversación con él aseguró que: “Nos hubiese gustado estar más para él en esos momento, decirle que aquí tenía una familia que lo amaba. Ojalá hubiese huido antes, pero no pudo”.
