La casa en la que residía Ivonne Hernández Ávila hoy se encuentra cerrada, luego de que fuera encontrada sin vida en su interior en la tarde de este lunes festivo 11 de noviembre, en el barrio Villa Muvdi, ubicado en el municipio de Soledad.
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Un doble candado impide la entrada a la terraza del domicilio, donde posan objetos como sandalias, plantas, colchonetas y hasta un casco de moto. Al mismo tiempo, el silencio predomina en los vecinos que viven con tristeza la noticia de la muerte de Ivonne, a quien describieron en su mayoría como servicial y alegre.
“Buena vecina y persona. Era muy colaboradora, amable y sobretodo servicial. Por aquí ninguno teníamos queja con ella, nunca tuvo problemas con nadie”, “Era muy especial conmigo, me llevo un recuerdo muy bonito”, “siempre me saludaba con cariño”, fueron los testimonios de varias personas que convivían día a día con Hernández.
Una de ellos —que prefirió no ser identificado— alzó su voz y contó a detalles como fue el descubrimiento del cuerpo de la mujer, afirmando que nadie escuchó ninguna discusión entre ambos, ni notaron cuando Epson Gastelbondo, su pareja sentimental, se marchó de la vivienda (fue la última persona que la vio con vida).
“Todos sabemos lo mismo, nadie escuchó nada. Solo nos percatamos cuando el hijo vino y empezó a gritar que la había encontrado muerta, eso ocurrió pasadas las cuatro de la tarde”, dijo inicialmente.
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Epson, según el mismo relato, se encontraba arreglando su motocicleta a eso de las 11:30 de la mañana. Entraba y salía constantemente, mientras Ivonne lavaba algo de ropa. Con herramientas en mano, (él) llegó a sentarse a tomar aire debajo de un palo de mango ubicado en una tienda a pocos metros de la casa. Desde allí, todos le perdieron la pista.
“Uno de los vecinos llegó de trabajar a 3:00 de la tarde y notó que el domicilio estaba cerrado. Todos pensamos que eso era raro, pues sabíamos que Ivonne estaba allí. Cuando el hijo abre, se encontró a la madre entre la cama y la pared, tenía un suéter envuelto en el cuello y la cara morada. Todos por aquí corrieron y la llevaron hasta el hospital”, contó la cercana.
La persona que entregó las declaraciones alcanzó a preguntar al hijo de Ivonne que porque no llamaba a su esposo, a lo que mencionó “qué le voy a decir si ese fue el que la mató. Estaba esperando a quedarse solo con ella para hacerlo”.
Moradores del sector también describieron a la hoy occisa como una persona muy recogida de su casa, reservada. “Epson tenía hijos con otra mujer, a veces discutían mucho por eso, pero ya no vivían aquí desde hace un tiempo. Todo se calmó. No solía ni saludar a la gente. Esto es muy doloroso, la teníamos en un buen concepto. Le decíamos que la amábamos mucho y que podía contar con nosotros cuando quisiera. Nada de lo que pasó tiene perdón de Dios”, finalizó.
Hernández Ávila tenía 43 años y era empleada de una academia de belleza. Residía en la calle 44C con carrera 27 desde hace más de 15 años, por lo que era muy conocida en el sector, de hecho consiguió esa casa con mucho esfuerzo.
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Tras confirmarse su deceso en las instalaciones del Hospital Universidad del Norte, su cuerpo fue trasladado hasta la Regional Norte de Medicina Legal. Asimismo, el domicilio fue rodeado en horas de la noche por Policía y miembros del CTI de la Fiscalía para recolectar pistas que puedan ayudar en las investigaciones.
De mantenerse esta versión del caso se estaría hablando del décimo feminicidio que se registra en Atlántico en lo que va de este 2024 y la muerte violenta número 65 de una mujer, unas escandalosas cifras para un territorio tan pequeño como lo es el departamento.
Según conoció este medio de comunicación, Ivonne Hernández solía congregarse todos los domingo en una iglesia cristiana, quienes también lamentaron lo sucedido por medio de un comunicado. “La IPUC La Arboleda lamenta profundamente el fallecimiento de nuestra hermana en Cristo, Ivonne Hernández, y extiende un abrazo solidario a toda su familia”.
