Tomás Manuel Maldonado Cera, apodado el Satánico, hoy vuelve a ser condenado por la justicia colombiana, pero esta vez por el caso de la desaparición forzada de Yadira Martínez Gutiérrez, una mujer barranquillera con la que aparentemente este tuvo una fugaz relación y no volvió a saberse de ella desde octubre de 2002.
EL HERALDO conoció este martes 19 de noviembre que luego de los alegatos de conclusión cumplidos el pasado mes de septiembre, el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Barranquilla, bajo la Ley 600, resolvió condenar a Tomás Manuel Maldonado Cera a la pena principal de 375 meses de prisión, es decir 31 años y dos meses, como autor del delito de desaparición forzada, previsto en el artículo 165 del Código Penal.
Pero además, el despacho estableció multar al individuo con 2.125 salarios mínimos legales mensuales vigente SMLMV, como autor del delito de desaparición Forzada Art. 165 CP.
Aparte, en la sentencia, susceptible al recurso de apelación, se establecen otro tipo de castigos y se ordena notificar personalmente de dicha sentencia al procesado, quien actualmente se encuentra privado de la libertad en la Cárcel Modelo de Barranquilla.
Como se sabe, Tomás Manuel Maldonado Cera fue condenado a 46 años de cárcel en agosto de 2023 por el Juzgado Noveno Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Barranquilla, en torno al feminicidio de Brenda Inés Pájaro Bruno ocurrido en julio de 2018 en esta misma capital.
El caso de Yadira
La primera semana de noviembre, Carlos Ariza Martínez, hijo de la mujer desaparecida, en entrevista con EL HERALDO, señaló que guardaba las esperanzas de que la justicia actuaría a su favor, en sentido que pensaba que Maldonado Cera sería condenado por la desaparición forzada de su madre y, en un hipotético caso, este diría qué hizo con ella.
En ese momento, Ariza Martínez habló con este medio a propósito de una disposición del Tribunal Superior de Barranquilla que solo favoreció en papeles al otorgarle a Tomás Maldonado una libertad por vencimiento de términos.
“Como lo dije el día en que conocí de la decisión judicial: estas son decisiones basadas en las leyes, en lo que está en el papel, y lo que hizo el magistrado fue hacer su trabajo. Lo que le agradecemos a Dios es que este hombre fue condenado el año pasado por el caso de la señora Brenda y hoy está en la Modelo pagando por ese feminicidio, por arrebatarle una mamá a unos hijos, así como me arrebató a la mía”, expresó en ese momento Ariza Martínez.
“Tomás Maldonado Cera me la arrebató, me la arrebató a mí y a ella la felicidad de estar en este mundo y ser abuela. Tengo dos hijos, ella alcanzó a conocer al mayor, pero a la niña no alcanzó a conocerla. Lo irónico de todo esto, la decisión del Tribunal, se dio a conocer en octubre el mismo mes en que mi madre desapareció. Fue como si le echaran sal a la herida”, insistió Ariza.
Según registros de la Fiscalía —así está plasmado en el proceso contra Tomás Maldonado—, el día 10 de octubre de 2002 Yadira Martínez Gutiérrez, de quien se sabe sostenía una relación sentimental con Tomás Manuel Maldonado Cera, salió con este de la casa ubicada en la calle 59B No. 91-39, apartamento 301 Edificio Soficris, en el norte de Barranquilla. En ese domicilio Yadira residía con su hermana Julia Martínez y con el esposo de esta, el fallecido político liberal Orlando Rodríguez.
Yadira, de acuerdo con la versión del ente investigador, tenía como fin visitar a una amiga que vivía en la calle 93 de esta ciudad, pero nunca más regresó a casa. Desde ese día ni su hijo ni otros familiares tuvieron noticia de ella. Solo se estableció que el día de su desaparición, la mujer fue recogida por el ahora procesado en una moto, quien días después volvió a la vivienda a buscar ropa y dinero, presuntamente por orden de Martínez Gutiérrez.
“Él me la arrebató, él la desapareció. Qué la hizo, no sé. No ha dicho dónde está, no tengo sus restos y toda la familia está esperando a ver si algún día él dice dónde la dejó”, añadió Ariza.
Pero también Carlos recordó muchas cosas de su mamá, de la ‘vieja Yada’, como era conocida Yadira entre allegados y amistades. La consideró una ‘trotamundos’ de los años 80′s y 90′s, cuando el éxodo de los latinoamericanos en busca de trabajo hacia Norteamérica y Europa no era tan masificado como ahora.
“Bueno, ojalá que todo esto fuera un sueño y que, algún día, mi mamá llegara a la casa y tocara nuestra puerta. Ella, en su juventud, fue una trotamundos que buscaba siempre tener ingresos para darme lo mejor. Vivió en Curazao, Aruba, Venezuela, Alemania y, por último, en los Estados Unidos, hasta que regresó a casa”, reveló.
Recordó además que Yadira era una apasionada por la fotografía, por los colores, por los paisajes y que “amaba la libertad”.
La voz de sus hermanas
Julia Martínez, viuda de Rodríguez, hermana de Yadira, recordó que el jueves 10 de octubre, el último día en que se tuvo la presencia de Yadira en su casa, ella (Yadira) “se hizo arreglar el cabello y las uñas porque iba a salir”.
“No me dijo con quién, pero la señora que le arregló el cabello y las uñas, cuando supo de su desaparición, me dijo que ella iba a salir con Tomás Maldonado. Incluso ella lo llamó para preguntarle y a él no le gustó. Y se presentó a mi casa con su pareja, a alegar que él no tenía nada que ver con eso porque mi hermana era una vieja y a él no le gustaban las viejas. Pero después se presentó a mi casa a pedir ropa de ella y 20 mil pesos que supuestamente ella había mandado a pedir. Yo fallé porque no llamé a las autoridades. Luego me enviaron un periódico donde aparecía involucrado en la muerte de una joven y más miedo me dio”, rememoró Julia.
En cambio Carmen Martínez, viuda de Parra, la otra hermana de Yadira, mantiene los recuerdos intactos de cuando su hermana era una niña.
“¿Cómo recordar a mi hermana Yadira? Amiga, confidente desde mi niñez, éramos muy unidas. La recuerdo como una persona alegre y muy feliz. Aunque desde muy temprana edad ella se fue a vivir a Curazao, pero siempre que regresaba volvíamos a estar juntas y compartir cada momento de nuestra vida”, expresó Carmen.
Coincidió en que en los años ochenta se fue a vivir a Alemania, “donde duró un tiempo largo y ahí regresó a Colombia. Después en un tiempo se fue a vivir a Estados Unidos, donde duró largo tiempo, pero se regresó a vivir del todo a Barranquilla, hasta que mi hermana querida desapareció. Siempre la tengo en mi corazón, en mi mente, porque tenemos demasiados recuerdos de ella. Te amo y te extraño, mi hermanita”.
La reacción de Ariza
Este martes 19 de noviembre, Carlos Ariza manifestó a EL HERALDO que se “hace justicia frente al doloroso fin que tuvo mi madre”.
Agradeció a la Fiscalía Quinta Especializada de DIH y DH de Barranquilla que adelantó la investigación por el caso de la mujer y por el de otras víctimas que aún esperan justicia.