Tras una larga jornada desarrollada en la tarde de este viernes 22 de noviembre, un juez con funciones de control de garantías de Barranquilla se acogió a la solicitud de la Fiscalía y legalizó las capturas de ocho personas, quienes estarían presuntamente involucradas en el millonario robo a la empresa Prosegur, ocurrido en la madrugada del pasado 1 de julio en su sede de la localidad Norte-Centro Histórico de Barranquilla.
En la diligencia llevada a cabo de manera virtual y privada también se dio luz verde a la legalización de las órdenes de allanamiento e incautaciones realizadas por las autoridades, las cuales ahora cuentan con material probatorio abundante para continuar con la judicialización de los señalados.
EL HERALDO conoció que estas personas fueron identificadas como Karelis Del Carmen López Vergara, Isaac Elías Olivella Peñata, Juan Antonio Pugliese Guevara, Royman Alvarado Pérez, Virginia De Dios Hernández Ramos, Yovany Molina Aldana, Alexandra García Herrera y Jose Ángel Rosillo Ibarra, quienes tendrán que responder por los delitos de concierto para delinquir y hurto calificado.
En esa línea, una de las incógnitas que la Fiscalía espera resolver en los próximos encuentros está relacionada con el paradero de los al menos 85 mil millones de pesos que fueron extraídos de esta sede barranquillera. Una cifra nunca antes mencionada dentro de un robo a una entidad bancaria del país.
Recordemos que inicialmente se habló de un multimillonario robo de $10 mil millones, que luego ascendió a $15 mil millones. Pasados los días, este medio conoció otra cifra preliminar de hasta $39 mil millones, superando conocido ‘Robo del Siglo’, cuyo registro se remonta a los años 90 en la sede del Banco de la República de Valledupar.
La ruta o ubicación que tomó este dinero podría empezar a esclarecerse en la mañana de este lunes 25 de noviembre cuando se lleven a cabo las audiencias posteriores.
Fuentes le confirmaron a esta casa editorial que, por ejemplo, uno de los aprehendidos vendría teniendo una vida llena de lujos en la que posaban compras como un carro de alta gama y algunas cirugías plásticas para su esposa. Movimientos claves para lograr su localización.
Los hechos
En su tiempo se contó que fueron por lo menos 10 los hombres que, supuestamente, usando uniformes de la compañía afectada, ingresaron a eso de la 1:00 a. m. al establecimiento localizado en la calle 53 entre carreras 43 y 44, en la localidad Norte-Centro Histórico de la capital del Atlántico.
En la entrada de la compañía habrían intimidado a la vigilancia manifestando que eran un “comando armado del ELN” y que estaban allí para buscar “una plata producto de una extorsión”. Los sujetos también portaban capuchas y solicitaron desactivar alarmas y cámaras de seguridad, amordazando luego a los presentes.
Dentro del lugar actuaron con mucha velocidad, como si conocieran con anterioridad la ubicación de cada uno de los espacios de la compañía. Eso reconoció uno de los testigos a la autoridad, entre los 40 interrogatorios realizados a los empleados en la primera jornada de pesquisas. En estos se ventilaron además versiones sobre los acentos de los asaltantes, pero los trabajadores no coincidieron con sus versiones.
Al parecer, en el operativo había un líder que hablaba a través de un sistema manos libres y, aparentemente, le notificaba a alguien en otro lugar sobre la acción criminal adelantada.
La bóveda o “centro de efectivo” donde estaba el dinero, la cual solo podía abrirse con un sistema electrónico y satelital fijado en Bogotá, no fue un obstáculo para los asaltantes porque aparentemente había un problema de conexión a internet y la misma pudo abrirse de forma manual.
El dinero guardado en esa sede de Prosegur quedó entonces a merced de los asaltantes, logrando sacarlo de la bóveda en múltiples bolsas de tela.
Al salir del recinto, de acuerdo con la información recopilada por la Policía, dejaron abandonado un artefacto que tenía unos tubos de PVC con dos celulares pegados. Aparentemente les dijeron a los amordazados que era “un explosivo”. Sin embargo todo resultó ser falso.