Noviembre fue un mes difícil para la compañía SuperGiros, una de las empresas más importantes del Caribe colombiano en términos de giros y apuestas, volviéndose una pesadilla para empleados y clientes tras violentos ataques y amenazas, aparentemente ordenados por el Clan del Golfo. Estos empezaron en municipios apartados y luego llegaron a las capitales.
La primera señal de alarma llegó el 4 de noviembre, cuando la comunidad del municipio de Bosconia, en el departamento del Cesar, se vio estremecida por un asesinato brutal. Una trabajadora de la empresa, que no alcanzaba los 20 años de edad y llamada Marlen Fernanda Mozo, fue asesinada de manera fría y calculada frente a su puesto de trabajo.
Sobre este episodio, miles de personas vieron cómo se cometió, en sentido que fue captado por una cámara de seguridad del local que atendía la víctima.
Todos vieron el video de cómo llegó hasta el punto del barrio Los Almendros de Bosconia el sujeto que parecía ser un cliente, ingresó al local llevando en sus manos un papel, cuando, de un momento a otro, sacó un arma de fuego de un bolso que llevaba cruzado y le disparó directamente en la cabeza a la afectada.
El crimen dejó una profunda conmoción no solo en su familia y allegados, sino también en las autoridades, que de inmediato comenzaron a investigar la posible conexión con el Clan del Golfo, una de las organizaciones delincuenciales que hoy trata de expandirse y controlar distintas rentas criminales en la región Caribe.
Inicialmente, el crimen fue tratado como un hecho aislado. Inclusive se trató de manejar una versión inicial asociada al feminicidio, basada en las altas cifras de violencia de género de todo el país, pero después se tomó como un punto culminante de una serie de amenazas y actos violentos que se estaban desatando en distintos puntos de la región. Con los días, la violencia se extendería a varios municipios de los departamentos de Sucre, Cesar, Magdalena Atlántico y La Guajira, creando un clima de tensión e incertidumbre.
Sin embargo, hay que reseñar que antes de unos días del atentado de Marlen Fernanda en Bosconia, municipio bisagra entre Cesar y Magdalena, muy lejos de allí, en la ciudad de Cartagena fue asesinado a tiros el expolicía barranquillero Arnaldo Julio Fábregas. Este hombre, según medios de Bolívar, era empleado de vigilancia de SuperGiros.
Detrás de las amenazas
Las autoridades no tardaron en reconocer a los culpables. Según investigaciones preliminares, el hoy mal llamado el Ejército Gaitanista de Colombia, o Clan del Golfo, estaría detrás de los ataques dirigidos a Supergiros como método de presión para el pago de millonarias sumas de dinero a sus cabecillas.
Esta táctica, según las fuentes policiales, es mirada como un “impuesto de guerra”, pero en sí es una extorsión con la que en el pasado grupos criminales ya habían afectado una de las antecesoras de SuperGiros: Uniapuestas.
Hace un poco más de una década, Barranquilla y el departamento del Atlántico vivieron esta misma situación de zozobra cuando los hermanos Borré Barreto, de acuerdo con la tesis de la Fiscalía, se les señaló de ser los determinadores de al menos 84 asesinatos en este territorio, incluyendo entre el listado a conductores de bus, chanceras, y dueños de tiendas, principales objetivos del actuar extorsivo que las autoridades le endilgaban a ‘Los Rastrojos Costeños’. Esta estructura hoy continúa con la misma actividad, incluso con ‘operadores’ desde las cárceles como alias el ‘Negro Ober’.
Frente al tema, hace diez años, un editorial de EL HERALDO inició de la siguiente manera: “Escalofriante es la situación en que ejercen su trabajo en Barranquilla las vendedoras de Uniapuestas, que es la persona jurídica que opera en Atlántico las apuestas permanentes o chance por concesión, tras los episodios de la semana pasada en que tres de ellas fueron baleadas en su puesto habitual con saldo de dos muertas y una herida grave. A estos hechos se suman dos ocurridos en Sincelejo, en similares circunstancias, y la muerte de un vigilante en Cartagena…”.
Y continuó: “El miedo que domina a las chanceras no solo les afecta a ellas sino también a sus familiares, amigos, apostadores, vecinos y a la sociedad en general. Estamos frente a un problema que amerita las reacciones ya conocidas de las autoridades civiles y de Policía, pero que, ante todo, requiere de acciones urgentes y eficaces para frenar la ola criminal”.
En efecto, autoridades pudieron frenar esa ola criminal en aquel periodo, pero solo durante cierto tiempo. No obstante, Uniapuestas se liquidó.
Ataques en el Atlántico
En los municipios del Atlántico como Luruaco, Juan de Acosta, Baranoa, Polonuevo y Campo de la Cruz, comenzaron a circular panfletos en los que se advertía a los empleados de SuperGiros que no podían seguir operando bajo amenaza de ataques. En varios de estos puntos se reportaron incidentes violentos, como el de una mujer herida con un arma de fuego en Luruaco, y las amenazas directas a cajeras para que cerraran sus establecimientos.
“En el Departamento de Policía Atlántico se han presentado los siguientes casos: en el municipio de Luraco, se presentó una amenaza de cierre a una cajera de SuperGiros y también un caso de una mujer herida con arma de fuego por dos sujetos a bordo de una motocicleta. En el municipio de Juan de Acosta se presentó de igual manera amenazas de cierre a una cajera y en los municipios de Baranoa, Polonuevo, Campo de la Cruz y de Santo Tomás, se presentó la entrega de panfletos en donde indicaban que no podían abrir los puntos en esos municipios”, manifestó el coronel John Peña, en entrevista con esta casa periodística.
Ante el panorama, el comandante de la Policía del Atlántico reconoció la coacción del Clan del Golfo y aseguró que los hombres y mujeres a su disposición “han venido realizando diferentes planes, tanto operativos como preventivos, con el fin de priorizar y acompañar las sucursales de nuestra jurisdicción”.
Situación en Barranquilla
El pasado sábado 23 de noviembre, un tiroteo en un establecimiento de la empresa en la Murillo con la carrera 9, en la localidad Metropolitana de Barranquilla, dejó en evidencia las pretensiones de la compañía. Testigos relataron cómo hombres armados se acercaron a las instalaciones y abrieron fuego, impactando un vidrio divisorio del puesto de trabajo de la empleada.
En una rueda de prensa reciente, el coronel Edwin Urrego, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, explicó que la investigación estaba centrada en el Clan del Golfo, señalando que este grupo criminal ha sido identificado como el principal responsable de las amenazas y ataques.
El oficial también destacó que se han realizado operativos y reuniones con las directivas de Supergiros para garantizar la seguridad de los empleados y clientes, ante el anuncio del cierre de 3.000 puntos de venta de la firma en toda la región Caribe.
Además, Urrego recordó las capturas de Naguthd Davián Jordán Noriega, Gustavo Adolfo Jordán Noriega, alias ‘Chepi’, y Douglas Rafael Castro De la Hoz.
Estos tres sujetos, según la autoridad, por el proceso investigativo y los elementos materiales de prueba incautados permitieron inferir que “serían las presuntas responsables de intimidaciones a la empresa de chance en Barranquilla”.
Voces desde las regiones
El secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Esquivel, manifestó a este medio recientemente que estaban “dadas las condiciones de seguridad” en los 25 municipios del departamento para que la compañía continúe prestando el servicio de giros y apuestas.
“Estamos dando resultados de manera concreta en el tema de SuperGiros. Hemos hecho las reuniones con fuerza pública para la protección de los empleados, el mensaje a las directivas de SuperGiros es que sean abiertos, aquí están dadas las condiciones en materia de seguridad en los 25 municipios del departamento y siguen las reuniones con las directivas de la red de servicios de esta empresa. Las autoridades han dado las garantías de protección también en las zonas rurales”, confirmó el funcionario.
Entretanto, en el departamento de La Guajira, autoridades dieron un parte de tranquilidad al tratar de “normalizada” la situación.
En los casos de Bolívar y Sucre, la situación también estaría normalizada.
Cabe mensionar que días atrás informes de la ciudadanía dieron cuenta que en los municipios de Corozal y Los Palmitos varios de los puntos de atención de esta entidad no habían abierto sus puertas en sus últimas horas. Solo fueron habilitados los puntos principales de estas localidades de Sucre.
Una visita inusual
El viernes anterior, algunos puntos comerciales de las ciudades de Barranquilla y Cartagena tuvieron la visita del presidente de SuperGiros, Édgar Páez, quien dio inicio a la tarea de reabrir estos puestos cerrados por intimidaciones.
“Vamos a pasar una Navidad llena de esperanza y positivismo”, expresó Páez rodeado de empleados y colaboradores.
El presidente de la compañía habló con las llamadas chanceras y clientes que empezaron a regresar a estos locales tras haber tenido que soportar al menos 26 días de asedio de un grupo criminal.
“Vamos a terminar este año haciendo más grande a SuperGiros porque es el trabajo de todos nosotros, entonces los invito para que abran todo los puntos que faltan, vamos para adelante”, expuso el representante legal de la marca.
Luego recordó que la compañía era la red de servicios más grande del país.
“En sus casi 30 mil puntos se recargan teléfonos, realizan giros, sellan juegos de suerte y azar, se pagan aportes gubernamentales, se sufraga la nómina de Policía y Ejército, se recibe el pago de servicios públicos de la mayoría de las empresas del ramo y se habla, sobretodo, se habla con un país que se comunica a través de la marca”, indicó Páez.