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Dos duros golpes ha recibido Liney Fuentes Cabrera en menos de un mes: el primero y más fuerte de ellos fue el homicidio de su pequeño hijo Jan Alexander Rocha Fuentes de tan solo 10 años.

Luego el segundo y el que ha terminado por devastar a esta mujer fue el fallecimiento de su madre Leski Isabel Cabrera Mármol, de 59 años, quien batalló por mantenerse con vida durante 14 días en la Clínica Campbell de Barranquilla, luego de haber sido herida a bala en el mismo episodio en el que resultó muerto el pequeño Jan Alexander.

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Abuela y nieto terminaron como víctimas fatales del mismo individuo, mismo que le robó la alegría y la paz a esta humilde familia.

El pasado 26 de noviembre, el barrio Paraíso de Malambo fue testigo de una tragedia, cuando Fabián Quintero Ramírez, un suboficial en retiro del Ejército Nacional, fue hasta la casa de su expareja Liney Fuentes en su búsqueda.

Desde la terraza le preguntó a su exsuegra Leski Cabrera, que en ese momento estaba trabajando en su taller de modistería, por el paradero su hija y esta le respondió que no se encontraba allí.

Incrédulo de su respuesta, Quintero procedió a entrar a la casa y en su caminó se topó con el niño Jan Alexander, que estaba jugando fútbol con otro menor. En ese momento, el exmilitar desenfundó un arma de fuego y disparó dos veces en contra de Jan, ocasionando su muerte en el acto.

Alertada por los disparos, Leski salió de su taller para encontrarse de frente con el hombre y este terminó de vaciarle el tambor de su revólver.

Gravemente herida, Leski cayó al piso, mientras que Quintero salió de la casa y se dio a la huida.

Acorralado por la comunidad, el sujeto se dirigió hasta el CAI de Malambo para entregarse a las autoridades. El pasado 27 de noviembre se conoció que había sido judicializado por el Juez Primero Municipal de control de garantías de Malambo. La Fiscalía solicitó cárcel para este y el togado acogió la solicitud.

Los mensajes

EL HERALDO obtuvo material probatorio usado por la Fiscalía en contra del procesado, probablemente usados de cara al juicio, en específico dos audios con una carga de amenazas que resistía Liney Fuentes.

El material habría sido enviado a la cuenta de WhatsApp de la víctima entre octubre y noviembre, cuando el sujeto empezó con las intimidaciones hacia la mujer.

En el primer audio el hombre le advierte a Fuentes que no quería “verla bailando junto con otro hombre” y, de hacerlo nuevamente, ella pagaría las consecuencias:

“Te lo voy a volver a repetir para que te quede bien claro. Vuelves a bailar ahí, vuelves a hacerlo y ten la seguridad que no te voy a hacer nada, porque el hombre no tiene la culpa, como te digo, yo no voy a formar escándalo, pero tienes tus consecuencias…”.

Ya en el segundo audio, con un tono más exaltado, Quintero le avisa que no le importa que tenga “otro marido”. Sin embargo, le ordena a Liney que “debe mantenerlo dentro de su casa”. Además le dice que “no le tiene miedo” a las autoridades, así le toque pagar por las consecuencias de sus actos.

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“Ya que me estás retando, tú no tienes nada conmigo, puedes tener marido pero en tu casa. Yo te vuelvo a ver bailoteando ahí con un hombre y créeme que no te voy a reclamar, pero te la voy a cobrar así me metan preso… Puedes pasar el audio a la Fiscalía, a la Policía, como te dé la gana… No voy a borrar el audio, puedes ir a demandarme… Vuelve a hacerlo para que veas…Vas a sufrir las consecuencias y yo también lo voy a sufrir, pero me importa un carajo…”, se escucha al individuo con un tono desafiante.

Aparentemente estos mensajes fueron el resultado de una escena de celos protagonizada por Quintero Romero, al parecer, porque vio a su expareja en una fiesta previa al dramático 26 de noviembre.

Denuncias que no sirvieron

Luego de la muerte de su hijo y con su madre debatiéndose en una clínica, Liney Fuentes expresó que esta tragedia podía haberse evitado. Aseguró que luego de las primeras muestras de acoso, ella había solicitado acompañamiento de las autoridades porque se sentía constantemente en peligro por su expareja.

“Policías del cuadrante nunca me asistieron, siempre me decían que estaban ocupados en otras partes”, afirmó. Además detalló que estuvo en una comisaría de familia de Malambo exponiendo su caso, pero la ruta de atención no se activó.

Violencia vicaria

La sicóloga clínica María Eugenia Sarmiento, especializada en violencia de género, explicó a esta casa editorial que existen muchos casos de violencia que puede llegar a sufrir una mujer, impidiendo que esta hable por temor a las cosas que le pueden sobrevenir desde muchos puntos de vista.

En el caso de la violencia vicaria, sostuvo que las teorías científicas indican que corresponde a una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas son usados o instrumentalizados con el objetivo de “maltratar y ocasionar dolor a sus madres”. Y aparentemente en el caso de Malambo eso fue lo que quiso hacer el exmilitar.

“Hoy en día estamos viviendo una ola de violencia por parte de algunos hombres maltratadores que se creen que son dueños de sus parejas o de sus exparejas y que creen que pueden seguir o continuar controlando sus vidas. Cuando una relación se acaba por diversos motivos, se tiene que respetar la decisión de la otra persona”, manifestó.

Explicó además que el silencio de las mujeres ante estas situaciones se hace presente cuando son víctimas de la violencia, ahora bien no solo existe la violencia física, sino también otros tipos de violencia como la emocional, económica y sexual.

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“Algunas se callan por miedo, porque son mujeres que dependen económicamente o dependen emocionalmente de otro hombre o porque quieren mantener el hogar o simplemente mantener una imagen, para así evitar el qué dirán. O porque aman al hombre y están dispuestas a soportar toda clase de vejámenes, toda clase de maltratos”, afirmó.

Aparte, la profesional insistió en que ante una “primera muestra de maltrato, la víctima debe manifestarlo a las personas más cercanas con las que pueda contar e instaurar una denuncia, para que el hombre tenga que responder ante las autoridades y se pueda evitar una tragedia”.

Recientemente la Defensoría del Pueblo denunció el terrible incremento de feminicidios en Colombia, contabilizando 745 mujeres asesinadas en todo el territorio nacional bajo este contexto.

Y en el caso de la violencia de pareja, según la entidad, entre los meses de enero y septiembre fueron reportados 26.605 casos.

En cuanto a la violencia intrafamiliar, un informe de la Corporación Excelencia en la Justicia detalló que durante el primer semestre de 2024 se registraron 80.772 casos en Colombia, un promedio de 446 hecho diarios que correspondió a 1 incidente cada 3 minutos.

Pero en lo que tiene que ver a violencia vicaria las autoridades aún no detallan registros, pues aún no es reconocida en el marco jurídico colombiano.

No obstante, desde el Congreso de la República se plantea un proyecto de Ley llamado Ley Gabriel Esteban que busca crear un escudo frente a la violencia vicaria.

Último adiós

El pasado viernes 13 de diciembre fue el sepelio de Leski Isabel Cabrera Mármol. Este medio se trasladó hasta la misma casa donde se vivió la espantosa tragedia días atrás y allí la familia estaba acompañada por vecinos y amistades.

Stefani Rocha Fuentes, de 18 años, hija de Liney Fuentes Cabrera, explicó que desde el 13 de octubre habían comenzado las amenazas por medio de audios que Fabián Quintero le enviaba a su madre.

Seis días después, exactamente el 19 de octubre Stefani acompañó a su madre hasta la sede de la Fiscalía General de la Nación ubicada en Soledad.

Pese a las denuncias y llamadas que hacía Liney, su hija afirmó que la Policía nunca se presentó y que por negligencia de las autoridades la tragedia ocurrió, ya que se pudo haber evitado si las autoridades hubieran vigilado la casa.

“Nunca llegaron los policías aquí, nunca se acercaron a preguntar por Fabián Quintero o si estaba pasando algo. Siempre que íbamos (policías) estaban en un evento, nunca estaban” expresó.

La joven reveló que la Alcaldía de Malambo iba a colaborar con los gastos funerarios y una bóveda, pero solo les entregaron el ataúd sin darle mayor respuesta sobre el resto de los gastos, obligados a recurrir a la ayuda de los vecinos del sector ya que no tenían dinero.

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“Los vecinos de aquí, de la comunidad del Paraíso, fueron los que nos colaboraron para poder sepultar a mi abuela, porque la Alcaldía no nos brindó la ayuda que nos iban a brindar”.

Stefani nunca se imaginó que el hombre que acechaba a su madre iba terminar quitándole la vida a su abuela y a su hermanito. Pese a sus escasos 18 años también expresó que si una mujer vivía por alguna situación de maltrato a manos de una pareja, familiar o amigo, lo más importante era denunciar ante las autoridades.

Levis Fuentes Cabrera, hijo de la mujer fallecida, siempre se mantuvo aferrado a la idea de que su madre se iba a recuperar, que iba salir de esta pesadilla que tanto los atormentaba, pero lamentablemente una llamada apagó las esperanzas de todos sus familiares.

Otro dato aportado por Levis fue que el pequeño Jan Alexander iba a cumplir 11 años este 11 de diciembre, celebración que nunca se organizó por lo ocurrido.