En la tarde de este viernes 21 de febrero el Juzgado 102 Penal Municipal Ambulante BACRIM acogió la solicitud de la Fiscalía y ordenó el traslado a prisión de Luis Alfredo Arévalo, alias El Italiano, presunto cabecilla del frente ‘Nicolás Antonio Urango Reyes’ del Clan del Golfo, en el Atlántico, así como de otros nueve integrantes de este grupo criminal que fueron capturados por la Policía el pasado mes de diciembre bajo la ‘Operación Hefesto V’.
En la diligencia virtual, que conectó a los presos desde estaciones de Policía de Palmar de Varela, Usiacurí, Ponedera y Sabanalarga, el juez hizo un repaso por la exposición de la Fiscalía y se refirió a los delitos cometidos por esta estructura y por cada uno de los procesados, relacionados con homicidios selectivos, tráfico de estupefacientes, extorsión y otros delitos en los municipios del Atlántico y el área metropolitana de Barranquilla.
En ese sentido, el togado vinculó a ‘El Italiano’ con unos casos de homicidios registrados en Juan de Acosta, Tubará y Campo de la Cruz.
Los otros procesados con detención intramural fueron Astrid del Carmen Zabaleta Gil; Martha Isabel Morelo Conde, alias Sharon; Gabriel Enrique Doria Ayazo, alias Farata; Eder Orozco Simonds, alias Negrito; Carlos Enrique Sehuanes Pérez, alias Teo; Miguel Ángel Gil Agudelo; Keller Rafael Rúa De la Hoz, alias Buo; Pablo Joaquín Rodríguez Vargas, alias Pirry, y Nelson Enrique Blanquicet Trujillo, alias Compadre.
Entretanto, mientras continúa el proceso judicial, el representante del despacho ordenó la detención domiciliaria para Edwin Alberto Palmera, alias Flaco Negrito; Karolay Andrea Freile Barranco; Víctor Hugo Arévalo; Jader José Acosta, alias Acuaman y José Manuel Arévalo.
En su momento se dijo que los presuntos integrantes del grupo criminal, al parecer, estaban vinculados con los ataques a la empresa SuperGiros con fines extorsivos.
En los municipios como Luruaco, Juan de Acosta, Baranoa, Polonuevo y Campo de la Cruz, comenzaron a circular panfletos en los que se advertía a los empleados de SuperGiros que no podían seguir operando bajo amenaza de ataques. En varios de estos puntos se reportaron incidentes violentos, como el de una mujer herida con un arma de fuego en Luruaco, y las amenazas directas a cajeras para que cerraran sus establecimientos.