A mitad de la intersección de la calle 84 con carrera 42F, en el barrio La Cumbre, quedó la camioneta blanca marca Kia Sorento, de placa CDU-850, en cuyo interior se encontraba el cuerpo ensangrentado de un hombre que segundos antes había sido objeto de un atentado criminal que logró su objetivo. Lo asesinaron.
Se trata de Edgar Emilio Simmonds Gallardo, de 52 años, propietario de una empresa de taxis que era justamente de donde salía la víctima en su vehículo, sobre las 12:50 del mediodía, cuando fue abordado por dos hombres en motocicleta. En ese momento, uno de los hombres se acerca al vehículo y sin dudar le disparó a quemarropa en cinco oportunidades, a través de la ventana del conductor.
Rápidamente, los sicarios huyeron mientras que Simmonds Gallardo fue auxiliado por un trabajador de la empresa y los paramédicos de una ambulancia que llegó al lugar y lo trasladó hasta la clínica Reina Catalina, donde, según la información suministrada, murió cuando recibía atención médica, debido a las heridas que presentaba: tres en el pecho, en el abdomen y en el rostro.
El hecho quedó registrado en un video en el que se evidenció la forma como quedó el cuerpo del hombre.
¿Quién es la víctima?
Edgar Emilio Simmonds fue calificado por una fuente judicial como uno de 'los duros de la vieja guardia'.
Su nombre aparece referenciado en la solicitud de extradición que el Gobierno de Estados Unidos hizo a Colombia de Jhon Jairo Ochoa Mesa, la cual recibió el concepto favorable de la Corte Suprema de Justicia en julio de 2009
En la página tres del proceso número 31659, se lee que Simmonds Gallardo es uno de los hombres que, junto a Ochoa Mesa y otras siete personas, 'participaron en el delito de concierto (para delinquir) que comenzó en enero de 1997 aproximadamente, y operó por lo menos hasta mayo de 2006'.
Asimismo, el texto continúa señalando que las nueve personas, entre ellas Simmonds Gallardo, 'planearon, adquirieron y transportaron cocaína desde Colombia a los Estados Unidos, vía Jamaica y otros lugares'.
Otro aparte del escrito indica que 'existen numerosas grabaciones entre Edgar Emilio Simmonds Gallardo y un acusado que coopera con el caso (...) en donde se discute una deuda de narcóticos asociada con la organización del tráfico de narcóticos'.
Además, en septiembre de 2009 la Fiscalía dio a conocer la ocupación de 118 bienes que pertenecían a supuestos miembros de la ‘Oficina de Envigado’.
Entre los nombres de las personas que figuraban como propietarios de esos bienes, ubicados en Medellín, en cinco municipios de Antioquia; en Puerto Colombia, Barranquilla; Bogotá y Puerto Salgar, en Cundinamarca, eran los mismos que habían sido citados en el proceso de extradición contra Jhon Jairo Ochoa Mesa y, por supuesto, Edgar Simmonds Gallardo hacía parte de la lista, de quien se dice en la información 'tiene en su contra sendas órdenes de captura'.
De hecho, este medio conoció que Simmonds Gallardo había retornado al país luego de permanecer por cerca de 10 años preso en una cárcel de Estados Unidos.
'Más o menos para julio de 2018 regresó al país y había intentado llevar su vida aparentemente normal', informó una fuente judicial.
El empresario de taxis estaba residenciado en el edificio Vispania, ubicado en la carrera 52B con calle 96, en el norte de Barranquilla.
Abandonaron la moto
Casi una hora después de ocurrido el crimen, sobre la 1:43 de la tarde, en el video de una cámara de seguridad de una vivienda ubicada en la carrera 42F con calle 90 se observa a dos hombres que llegan presurosamente en una motocicleta negra marca Auteco Pulsar 200, de color negro, de la cual descendieron para luego abordar un vehículo Renault Twingo blanco, que los esperaba en el lugar, para darse a la huida.
El coronel Manuel Rojas Laverde, subcomandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, señaló que esta es la motocicleta que usaron los sicarios que acabaron con la vida de Edgar Simmonds y que luego fue abandonada para despistar a las autoridades.
Los investigadores de la Sijín se encuentran al frente del caso para establecer los móviles del mismo y los autores que segaron la vida de Edgar Simmonds Gallardo.