El pasado 23 de mayo agentes de la Dijín en coordinación con la Fiscalía capturaron en Barranquilla a 16 presuntos integrantes de una red dedicada a lavar activos para bandas criminales que operan en la Región Caribe, entre estas el ‘Clan del Golfo’.
EL HERALDO conoció el modus operandi de la red criminal que lavaba activos a nivel nacional e internacional. Según las pesquisas, la estructura criminal utilizaba empresas fachadas para ingresar el dinero al país desde Europa, Estados Unidos o Centroamérica.
Para ello, la organización contaba con la colaboración de algunos funcionarios de dos entidades bancarias para la creación de empresas así como los movimientos de sus productos financieros, con el fin de no ser rastreados por las autoridades colombianas.
Durante las audiencias preliminares que se llevaron a cabo en Cartagena, la Fiscalía 48 de la Dirección Nacional Antinarcóticos y Lavado de Activos señaló que para los integrantes de la red criminal no era conveniente tener contacto directo con los dueños del dinero, por lo que utilizaban intermediarios, a fin de no generar sospechas y así tener menos riesgos de ser investigados por las autoridades. 'Solo tomaban contacto con los intermediarios de la organización criminal, comerciantes o empresarios', manifestó el fiscal.
Identidades y Roles
En las investigaciones desarrolladas durante varios meses, los funcionarios judiciales establecieron las identidades de las personas que integraban la organización, entre ellas dos empleados de entidades bancarias.
Juan Manuel Echeverri Calvo, de 38 años, quien fungía como asesor financiero de una entidad bancaria. Le prestaba asesoría a Edgardo Enrique Beltrán para la apertura de cuentas de sus testaferros y los movimientos de las mismas.
Señalaba cuándo era conveniente cambiar de banco, cerrar alguna cuenta o cambiar de razón social para evadir el control de las autoridades y evitar los Reportes de las Operaciones Sospechosas (ROS) que pudieran emitir los bancos.
Jorge Enrique Valbuena Casas, de 73 años, broker de la organización criminal.
Según la Fiscalía, era el enlace entre las organizaciones criminales. Coordinaba la entrega del dinero en el exterior y de las consignaciones en cuentas bancarias, cuando se confirmaban las transacciones reclamaba el dinero en Colombia y pagaba el dinero a la organización criminal o a la persona que le había suministrado los recursos en el exterior.
Henry de Jesús Rico Quintana, de 45 años, creador de las empresas fachadas Zima Karbalal S.A.S. y Suministros su carga, las cuales estaban a nombre de terceras personas y eran utilizadas para traer dineros desde el extranjero, mediante consignaciones de adelanto de exportaciones ficticias y que servían para justificar en el banco el ingreso de los dineros ilícitos a la empresa.
Gina Paola Rodríguez Daza, de 41 años, quien facilitaba su número de cuenta para que le fueran consignadas grandes sumas de dinero que retiraba posteriormente para pagar a las organizaciones criminales.
Francisco José Romano Muñoz, de 63 años, al igual que Jorge Valbuena fungía como broker, contaba con muchos intermediarios que trabajan para él.
Farid Elnesser Elnesser, de 46 años, testaferro de Henry Rico y representante legal de la empresa fachada Zima S.A.S., la cual era utilizada para ‘bajar’ dinero del exterior por parte de Henry Rico a través de su cuenta corriente.
Farid Chaín Chaín, de 66 años, intermediario de la organización. Era enlance entre los brokers y los comerciantes o empresarios que tenían las cuentas de empresas fachadas o legalmente constituidas para ‘bajar’ dinero, específicamente de Estados Unidos y Centroamérica.
Edgardo Enrique Beltrán Romero, alias Michel, de 57 años, otro de los brokers de la organización. Según la Fiscalía, creó empresas fachadas ante la Cámara de Comercio, utilizando el nombre de otra persona, la misma que le servía de testaferro y prestaba su nombre para la apertura de cuentas bancarias.
Édgar Guillermo Quintana Peña, de 54 años, testaferro de Henry Rico y representante legal de la empresa fachada Karbalal S.A.S., la cual realizaba negocios y transacciones mensuales por más de $500 millones. La Fiscalía estableció que Quintana reside en un barrio humilde, tiene Sisben y no posee cuenta de ahorros.
David José Otero Juliao, de 54 años, intermediario. Era enlance entre los brokers, los empresarios que tienen las cuentas y empresas fachadas; sus ganancias estaban entre los 50 y 80 pesos por dólar.