Por David García Roa, especial para EL HERALDO
Sin nada que perder, Kevin David Peña Ramos abrió el micrófono y comenzó a hablar. En medio de una audiencia virtual llevada a cabo el viernes 26 de abril a las 9:00 de la mañana, y delante de la familia de su víctima, el hoy condenado empezó a contar su supuesta parte de la historia sobre el atemorizante crimen de Willem Kees Sas, el neerlandés de 49 años torturado y desaparecido el sábado 28 de agosto de 2021 en Barranquilla.
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Desde hace dos años, EL HERALDO le sigue la pista a este caso que se descubrió luego de la emisión de una circular de búsqueda del ciudadano de Países Bajos, emitida por el Grupo Especializado en Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Seccional Atlántico de la Fiscalía.
Guillermo, como le decían de cariño al extranjero en el Caribe, fue sacado de su propia casa en el barrio Lucero, sur de la capital del Atlántico, por sujetos que le habían hecho inteligencia, pero ordenados, de acuerdo con la Fiscalía, por una persona de su entera confianza. Recordemos que el ente acusador, ahora representado por el fiscal Especializado Bacrim de Bogotá Willington Ortiz, culpó a Peña Ramos de, aparentemente, contactar y contratar a unos desconocidos para aprovecharse, dicho por la justicia, de los bienes que Kees Sas había adquirido tras su arribo a territorio colombiano en 2020, pues ya habían terminado su relación sentimental.
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Unos $70 millones en cuentas bancarias, el arriendo de 12 apartamentos, una casona y un Ford Fiesta gris, entre otras cosas más, llevaron a que por lo menos tres criminales irrumpieran en la vivienda del ciudadano de Países Bajos mientras este no se encontraba, reveló la autoridad. Una llamada citó a la víctima al lugar, donde se presume la golpearon durante varias horas. Más tarde, quienes perpetraron tan macabro plan utilizaron el vehículo de Willem para montarlo, atado de manos y pies con sábanas blancas, y llevárselo.
Desde ese fin de semana nadie volvió a ver la acostumbrada sonrisa de aquel foráneo que vivía enamorado de ‘la Arenosa’.
Días después, allegados de Kees Sas denunciaron su desaparición. El CTI y el Gaula Militar, comandados en ese momento por la fiscal 1 especializada Claudia Trejos, hallaron rastros de sangre por toda la residencia, además de otros importantes detalles, y procedieron a capturar a Peña Ramos como principal sospechoso. Posteriormente, luego de casi tres años, este sujeto aceptó cargos y recibió una condena de 15 años y cuatro meses por los delitos de desaparición forzada y hurto cibernético, misma que entró en apelación por el ministerio público, pues la Procuraduría considera que existe una rebaja en la última imputación mencionada que ha quedado en el aire, por decirlo así.
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Y es que la Fiscalía logró llegar al ya anunciado acuerdo para que Kevin David fuese el delator de las personas que él mismo habría contratado.