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Juan José Castro vive de milagro. En eso coinciden él y su mamá, Caridad Donado, al recordar que el martes recibió un balazo del lado derecho de la cabeza, cerca de la sien, que no lo mató.

'Yo lo mantengo en oración, por eso se salvó', asegura Caridad en el primer piso de la clínica donde su hijo se recupera, en el norte de Barranquilla.

Castro, de 35 años, fue herido por un atracador en la calle 17 con carrera 24, barrio Rebolo, cuando iba al volante de la buseta de placas UZD-126, a la empresa Cootratlántico.

El hecho sucedió a las 7:30 de la noche en uno de los puntos que el gremio de transportadores, Analtra, considera críticos por constantes atracos a buses en el área metropolitana.

Testimonio

Para Castro la jornada laboral empezó a las 5:48 de la mañana. A esa hora salió en la buseta, pero al poco tiempo debió regresar a la nevada de los buses.

'Se había dañado una chupa del freno, la cambiaron y volví a salir; ese día hice cinco o seis viajes', contó ayer desde una camilla.

Antes de acabar el turno, a las 5:50 p.m. le informaron que tenía un último despacho. 'Esa es la hora más peligrosa porque coge la noche, y en esa ruta coges toda la (calle) 17 y terminas en el barrio San Vicente, en Soledad; allá está la nevada'.

La muerte por poco lo sorprende en ese viaje. 'Yo venía por toda la 17, los manes estaban adelante de una tienda, cerca de un CAI. Yo vi uno y le abrí, y se montó', dice al acercarse en su relato al momento trágico.

'Si veo dos personas no paro. Pero a lo que uno sube, el otro corre y sube; no me dio tiempo de nada. Estaban nerviosos cuando pasaron el torniquete, yo presentí que iban a atracar'.

Su premonición no estaba errada. El delincuente que abordó de último la buseta desenfundó un revólver y le grita: esto es un atraco.

'Él dice: dale, dale. Yo no pude, los nervios no me dejaron, y me sopló el tiro: ¡pam! Cuando me iba a soplar el otro, se le encasquilló el revólver. La gente se da cuenta y empieza a gritar, al tipo se le cayó hasta el arma', narró. 'Todo eso fue cuestión de segundos, fue rápido'.

La Policía reportó que patrulleros capturaron a Elkin Pacheco Altamar, sospechoso de disparar a Castro, e incautaron un revólver. 'La patrulla me llevó al Hospital, me montaron con el mismo man que me metió el tiro'.

Cubrirán gastos

La bala le destruyó varios dientes a Castro, quien padece de constantes mareos y requiere una cirugía de reconstrucción maxilofacial.

Ramiro Grisales, gerente de Cootratlántico, reconoció que el conductor completaba tres días de trabajo sin que hubiese sido afiliado al servicio de salud. 'Ese día se necesitaba un relevo y le dije: tienes que traer los papeles para meterte a la seguridad social'.

Advirtió, sin embargo, que la empresa cubrirá los gastos que requiera. 'El jefe de ruta estuvo en la clínica, se le dijo que le van a hacer la operación, lo que necesite; son fallas de las empresas y tenemos que responsabilizarnos'.