Este domingo 7 de julio se cumplieron exactamente dos meses desde el lamentable fallecimiento de Álvaro Sanjuanelo Orozco, un hombre oriundo de Campo de la Cruz que tomó rumbo hacia España en busca de un futuro mejor para él y su familia. Laborando como obrero en una edificación, un repentino derrumbe apagó sus sueños y esperanzas para siempre.
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Luego de 60 días de angustia y dolor, familiares del hoy occiso no han logrado darle cristiana sepultura, puesto que ha sido una completa odisea lograr el traslado del cuerpo desde territorio ibérico hasta el departamento del Atlántico.
EL HERALDO pudo conocer que apenas hasta este sábado 6 de julio se habría confirmado la partida del cuerpo de Álvaro Sanjuanelo con rumbo a su tierra natal. Fueron muchas las diligencias judiciales que tuvieron que llevar a cabo los allegados, sin mencionar la gran cantidad de dinero que se vieron obligados a recolectar para asumir los costos de la repatriación.
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Ahora, lo único que lo separa de sus amados es la espera por encontrar un vuelo que lo pueda traer de vuelta. Algo que normalmente no debería tardarse mucho —los pronósticos de llegada se citan hasta el cierre de esta edición entre martes y miércoles—. En conversación con este medio de comunicación, la familia Sanjuanelo Orozco reveló cómo han vivido este tiempo.
“Todo ha sido muy fuerte, pues no le hemos dado cristiana sepultura al cuerpo. Es nuestro deseo poder hacerlo acá en Campo de la Cruz. Sin embargo, las cosas en España son algo diferentes. Un proceso más largo. Un juez tuvo que dar la orden definitiva de su repatriación”, aclaró Amparo Cervantes, esposa de Álvaro, añadiendo que este se había ido para Europa desde hace dos años aproximadamente y la idea era radicarse allá juntos.