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El pasado mes de agosto fue uno de los más violentos en la historia reciente del departamento del Atlántico, con más de 80 asesinatos registrados durante todo el periodo y 35 de estos sucedieron en la capital del Atlántico.

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De todos esos casos del agosto rojo llamó mucho la atención el crimen del que resultó como víctima fatal un joven del sector de Carlos Meisel, en la localidad Suroccidente de Barranquilla, a quien le mutilaron por completo su cuerpo y todavía es la hora en que no se hallan sus restos.

Se trataba de Yesid Andrés Cabrera Ortega, de 22 años y aparentemente residente del mismo sector en mención.

La historia del desmembrado del barrio Carlos Meisel empezó al mediodía del pasado 6 de agosto cuando niños hallaron en un potrero una cabeza metida en una bolsa de basura.

Tal suceso se presentó en la calle 74C con carrera 24, popularmente conocida como ‘la Canchita’, hacia la 1:00 de la tarde de aquel martes.

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Testigos de los hechos señalaron que los pequeños se percataron cuando un sujeto a bordo de una motocicleta lanzó la bolsa negra hasta donde estos se divertían corriendo detrás de una pelota.

“Un perro, es un perro”, fueron las palabras con las que los niños asociaron la acción registrada y solicitaron la presencia de un adulto en el lugar. Luego de eso un padre de familia abrió con cuidado el ‘paquete’ y, con un tono desesperado, alertó a la comunidad sobre el resto humano.

Vinieron las diligencias forenses, la identificación del joven a través de unos tatuajes y, a partir de ahí, se tejieron toda una serie de conjeturas sobre lo que pudo haber hecho este para que terminara su corta vida de esa manera.