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'Esa gente trabaja para el que le pague'. Así describió un curtido investigador del CTI a la estructura criminal del barrio Siape que, de acuerdo con evidencias de la Fiscalía y la Dijín, cometió el asesinato del neurólogo Jorge Daza Barriga, de 63 años.

Las sospechas contra ese grupo, que no es otra cosa que una de las ‘oficinas de cobro’ surgidas en el país con los carteles de narcotraficantes, nacieron de las capturas de los tres presuntos autores materiales del homicidio ocurrido el 24 de enero del año pasado en Ciudad Jardín, norte de Barranquilla.

Los sospechosos están identificados por las autoridades como Gustavo Jordán Noriega, alias Chespi; Luis Miguel Vanegas Caro, alias Luismi, e Isaac Contreras Hernández, alias Isaac.

Agentes de la Dijín, que llegaron de Bogotá, capturaron a los tres entre las 6 y 11:25 de la mañana del pasado viernes 4 de diciembre.

Jordán fue detenido cerca del peaje del municipio de Sabanagrande, en un vehículo de servicio público; Vanegas, en su casa ubicada en el barrio San Salvador; y Hernández, en la Vía 40 con carrera 50, barrio Modelo.

El general Rodolfo Palomino López, director nacional de la Policía, entregó detalles del operativo al día siguiente, en rueda de prensa en el comando seccional.

'Hubo unos determinadores de un nivel medio, que contrataron los servicios sicariales de una estructura aquí en Barranquilla'. El oficial precisó además que los detenidos responderán por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego.

ZONA CLAVE

'Ha sido un sector de influencia de grupos de delincuencia organizada', anotó otro investigador.

Siape está ubicado en Riomar, una localidad cuyo nombre deja entrever por qué este barrio es una zona apetecida por el hampa: a orillas del Río Magdalena, es ideal para la salida de droga en grandes cantidades hacia Centroamérica.

'Primero operaron los Meza, amparados por algunos empresarios; después se asentaron allí y en Las Flores un grupo de paramilitares encargados de ese corredor, desde el cual las informaciones indican que al mes se despachaban hasta 10 toneladas de cocaína, en lanchas o barcos', ilustró el investigador.

Distintos informes de Policía Judicial señalan que la ilegalidad en ese sector se ha fortalecido en el tiempo, con los diferentes fenómenos de la violencia que ha habido en Barranquilla.

Luego del ‘Cartel de la Costa’ (80-90) y el paramilitarismo (2000-06), el control del hampa en Siape fue tomado por las bandas criminales: primero los 40, siguieron los Nevados o los Mellizos, luego los Paisas y, hasta mediados del año pasado, los Rastrojos.

TESTIGO PROTEGIDO

Aunque las autoridades no han detectado nuevos patrones, la criminalidad permanece al punto de que en julio anterior fueron asesinados a tiros dos primos, en un atentado cometido con silenciador. Un hecho característico de delincuencia organizada.

¿Por qué las sospechas de que una estructura criminal asentada en Siape estuvo detrás del crimen de Daza?

Una parte de la respuesta tiene que ver con algunos datos biográficos de los tres capturados, los cuales la Fiscalía enunció la noche del mismo viernes en las audiencias de legalización de capturas, imputación y solicitud de medida de aseguramiento: Jordán y Contreras son residentes en ese barrio y Vanegas, en San Salvador, sector ubicado justo al frente del primero. Solo están separados por la Vía 40.

Las labores de la Dijín permitieron a la Fiscalía concluir que en el asesinato 'participó un grupo de personas oriundas o residentes de Barranquilla, y de los departamentos del Cesar y La Guajira, los cuales se dividieron el trabajo'.

Pero la pieza probatoria que desatascó las pesquisas fue el testimonio de Apolinar Betancourt Ramírez, oriundo de Antioquia, que siendo soldado activo participó en el homicidio. El Ejército lo desvinculó después del crimen.

Fue capturado el 18 de marzo de este año en Riohacha (La Guajira) y ese mismo día, en el barrio Las Moras de Soledad, cayó Breider Mercado Sarmiento, quien fue absuelto en juicio por falta de pruebas. 

'NOS CONTRATARON'

Betancour residía en el barrio Las Flores, cerca de Siape, y ha sido el único detenido que aceptó los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas. Por eso un juzgado lo condenó en agosto a 23 años de cárcel. Estando en prisión, el exmilitar accedió a colaborar, a cambio de protección y beneficios jurídicos.

La fiscal 102 contra el Crimen Organizado expuso ante un juez que el exsoldado contó que una persona lo contrató para hacer 'una vuelta': matar a un médico.

Fue así como buscó a dos vecinos: Jordán, alias Chespi, y Vanegas, alias Luismi. Con ellos se reunió en la casa del primero. 'A cada uno les di una misión y les dije que tenía que ser porque nos habían contratado'.

'A Chespi le dije que tocaba dar martillo, matarlo, y Luismi era el encargado de manejar una moto que después le entregué a Chespi; le dije que era para la vuelta, que no anduviera mucho en ella porque lo veían y después tocaba botarla'.

Por matar al neurólogo, agregó, le ofrecieron $15 millones en efectivo. Con la primera parte del dinero que le dieron, compró cinco celulares en Fedecafé: uno para Chespi, otro para Luismi y él se quedó con tres.

'Les dije que (los números) no se los dieran a nadie, que solo eran para el trabajo y que uno lo tenía enlazado con ellos y la persona que nos contrató'.

El 23 de enero, un día antes del atentado, el contacto lo llamó y citó para los últimos arreglos. En la reunión le dijo que el homicidio debía cometerse al día siguiente, después de 5:30 de la tarde, cuando Daza saliera de su consultorio.

Betancourt se reencontró el día del crimen en la mañana con Chespi y Luis Miguel, para transmitirle las indicaciones. 'El carro y el arma (una pistola) los tenía yo, la moto la tenía Chespi'. 

En horas de la tarde salieron los tres, rumbo al consultorio del galeno, en la carrera 49C con calle 80.

'Llegamos a una esquina, cerca, parqueé y Luis Miguel estacionó la moto al lado; le dije que estuviera pendiente, si daba la oportunidad de hacer el trabajo ahí'.

'AHÍ FUE'

Al rato de permanecer estacionados, Betancourt decidió buscar comida. Subió y cruzó al llegar a la carrera 42F. Llegó junto con Jordán al restaurante Asados del Oeste.

En este sitio, el exmilitar fue grabado por cámaras de seguridad, cuyas imágenes hacen parte del expediente y ayudaron a que la Dijín reconstruyera el recorrido de los asesinos.

'Dejé a Chespi dentro del carro y entré al restaurante, en ese momento me llama la persona que me contrató; me dice que el médico acababa de salir del parqueadero del consultorio hacia su casa'.

Rumbo a la vivienda de Daza, en la carrera 42C con calle 80B, Betancourt llamó a Luismi. 'Le dije que se moviera porque la 80 buscaba la carrera 38'.

Pero arribó a la residencia del neurólogo y Vanegas no aparecía. 'Al ver que Luis Miguel no llega, porque se perdió, no sabía dónde quedaba la casa, le dijo a Chespi: ahí fue'.

'Chespi se baja, pasó el bulevar de la calle 80, se acercó al carro donde estaba el médico parqueado, fuera de la casa, le disparó varias veces y se regresó'.

HUIDA Y PAGO

Al plan le surgió un contratiempo. Cuando el sicario retornaba al auto, un escolta de la Policía reaccionó y les disparó. En medio de una balacera, Betancourt y Jordán huyeron, y a pocas cuadras el copiloto descendió.

Ya lejos de la escena del crimen, el exsoldado llamó a Contreras y le pidió que se encontraran en Paraíso, otro barrio vecino de Siape.

'Llevé el vehículo a Paraíso como de una a 2 de la mañana, le dije a Isaac que era robado y me hiciera el favor que lo quemara'.

El Hyundai Elantra, de placas QGX-474, fue encontrado a las 4:22 a.m. incinerado por policías, en una calle del barrio Villa Carolina.

El general Palomino calificó la quema 'un hecho característico' de atentados que se han registrado en La Guajira. 'Se constituyó en un punto de partida y un objeto importante a la hora de estructurar el proceso investigativo'.

Después del homicidio, quien contrató a Betancour lo citó para darle la otra mitad de los $15 millones, en la carrera 38 con Circunvalar. Al día siguiente se reunió con Jordán y Vanegas para darles sus tajadas del pago.

'A Chespi le di $4 millones 300 mil o $4 millones 500 mil, y a Luismi, como se perdió y no llegó, nada más le di $1 millón 800 mil'.

El testimonio de Betancourt confirma que detrás del homicidio de Daza se movieron intereses capaces de contratar una consolidada estructura criminal.

'Se ha podido observar que es un grupo de personas que se encuentran organizadas para cometer ese tipo de trabajos, como los llaman ellos', advirtió la fiscal en la audiencia, en la cual el juez ordenó la detención de los capturados en la Penitenciaría de El Bosque.

MECÁNICO ABSUELTO

El Juzgado 3° Penal del Circuito leyó el jueves al fallo que absolvió al mecánico Bréider Mercado Sarmiento de los cargos de homicidio agravado y porte ilegal de armas, dentro de la causa por el crimen de Daza. La decisión estimó que la Fiscalía no aportó durante el juicio pruebas que demostraran que Mercado intervino en la venta del auto Hyundai, con la intención de participar en el asesinato. 'Bréider Alexander Mercado Sarmiento sirvió como intermediario en la compra venta de un vehículo y eso fue lo que demostró la Fiscalía aquí, incluso a medias', sostuvo el abogado del procesado. La Fiscalía anunció la apelación de la sentencia y que el recurso lo sustentará por escrito.