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Detectives de la Sijín de Barranquilla, en coordinación con uniformados del departamento de Cundinamarca y la Fiscalía General de la Nación, hicieron efectiva la captura por orden judicial de quien denominan el ‘Rey de la Estafa’.

Jhon Jorge Velázquez Espinosa, de 34 años, hace parte de la lista de los más buscados por la Policía Metropolitana de Barranquilla y ha sido denunciado por el delito, según las autoridades, en más de 600 ocasiones.

Velázquez, por quien ofrecían $10 millones por información de su paradero, fue capturado durante un operativo en un centro comercial de Soacha, Cundinamarca.

De acuerdo con Harold Barrera, comandante Operativo de la Policía de Barranquilla, el capturado se encontraba realizando una venta de un vehículo al momento de ser abordado por las autoridades.

Velázquez Espinosa, conocido también con el alias de JJ, es señalado de hacer parte de una estructura criminal de estafadores que fueron judicializados en diciembre de 2016. Estos se dedicaban a vender vehículos que eran inmovilizados.

En aquel entonces, seis personas fueron indiciadas, de las cuales cuatro fueron puestos en libertad y dos permanecieron con medida de aseguramiento.

Alias JJ, es indiciado por el delito de hurto agravado.

El ‘Modus operandi’. ‘Los secuestres’ se dedicaban a vender automotores que habían sido inmovilizados por juzgados administrativos.

Estos eran llevados a un parqueadero ilegal en la ciudad. Con los carros en su poder, borraban los compromisos de vehículos embargados del Sioper (Sistema Operativo de la Policía Nacional).

Investigadores contabilizaron alrededor de 400 vehículos y hasta $11.000 millones en transacciones.

Posteriormente, los transportaban a diferentes ciudades de Colombia para ser comercializados, especialmente en municipios de Nariño, y Cauca. El capturado era, de acuerdo con el teniente coronel Harold Barrera, 'el encargado de la venta de estos automotores'.

Este hombre hacía creer a los estafados que tenía acceso a los vehículos que eran rematados por bancos y recuperados por empresas de seguros.

De acuerdo con investigadores, el cliente a quien le iba a vender la última camioneta fue quien contactó a la Policía cuando se dio cuenta de su identidad.