Compartir:

El comercio de Maicao se unió a la protesta que mantienen los indígenas wayuu de las cooperativas venezolanas transportadoras de combustibles desde Venezuela hacia Colombia, quienes cerraron la frontera en Paraguachón hace seis días por un posible incremento en el precio de los mismos.

Los dueños de almacenes, depósitos, distribuidores, provisiones y toda clase de negocios cerraron sus puertas, porque afirman que no aguantan un día más en esta situación, ya que la parálisis en la zona fronteriza les afecta directamente.

Mara Ortega presidenta de la Federación de Importadores de Licores y Cigarrillos para la zona del Régimen Aduanero Especial de La Guajira, Fimdecol, asegura que el impacto para la economía del municipio es terrible, porque sus compradores naturales son los venezolanos del estado de Zulia y si no están entrando a Maicao, ellos mejor cierran los negocios.

'Si los gobiernos de Colombia y Venezuela no resuelven esta problemática del combustible el comercio entrará en un cese de actividades indefinido, porque nuestra dinámica comercial todo el tiempo se da con el vecino país y si no hay compradores, nada hacemos con abrir los establecimientos', afirmó la dirigente.

Agregó que es necesario que los dos países se sienten a definir una política real, de carácter binacional, que esté basada en las necesidades de la zona de frontera en La Guajira.

Los comerciantes además de cerrar las puertas de sus negocios, se trasladaron hasta Paraguachón, a la zona denominada ‘tierra de nadie’, con el fin de acompañar a los miembros de la cooperativa que permanecen allí en carpas desde el inicio de la protesta el pasado miércoles 21 de agosto.

Las cargas están represadas. Los camioneros cuyas cargas se encuentran represadas desde hace seis días se quejan, porque afirman que mientras ellos padecen con la parálisis, pagando hotel y comida de manera indefinida, los comerciantes de Venezuela si transportan su mercancía a través de las trochas.

'Aquí en Colombia nos encontramos como 50 camioneros que tenemos carga seca y líquida, la cual está paralizada por esta protesta que nos está costando mucho dinero y allá en Guarero, en Venezuela, también hay muchos compañeros que no han podido regresarse', aseguró Carlos Améstiga, uno de ellos.

De igual manera han sufrido los viajeros, ya sean turistas o habitantes de los dos países que pasan a visitar familiares, a consultas médicas, a estudiar o hacer alguna vuelta. Algunas empresas de servicio interdepartamental están haciendo el trasbordo de los pasajeros, pero otras han suspendido la venta de pasajes hasta que no se abra la frontera, porque no tienen cómo pasar hacia el vecino país.

Que intervenga la la Cancillería. Los habitantes de Paraguachón también se quejan y afirman que cada vez que bloquean la frontera para protestar por algo ellos son los más perjudicados.

Rici Deluque, corregidora de la población, indicó que el cierre fronterizo no permite el ingreso de mercancías, ni el paso de los viajeros, quienes se ven en la necesidad de caminar para poder llegar a su destino.

Desde Paraguachón hizo un llamado para que la Cancillería colombiana intervenga y dialogue con el gobierno venezolano y permitir que se reabra la frontera.

Por su parte el gobernador Juan Francisco Gómez Cerchar aseguró que se encuentra en permanente comunicación con el ministerio de Minas y Energía, para definir una salida a esta problemática que presentan las cooperativas importadoras de combustibles venezolanos.

Por Sandra Guerrero Barriga