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En Bahía Portete se cumplió este sábado el décimo primer Yanama que corresponde la conmemoración de los once años de la masacre perpetrada por paramilitares, en la que murieron cuatro personas y dos aún están desaparecidas.

En este territorio ancestral de los wayuu se reunieron los niños, jóvenes, autoridades tradicionales, sobrevivientes y familiares de los clanes que fueron víctimas del hecho.

Todos compartieron su dolor, ese que nunca se ha disipado, labores cotidianas como cocinar y dormir, además de rituales de limpieza, explica Telemina Barros líder de la lucha para buscar reparación y verdad.

'Hoy es un día triste porque conmemoramos once años de estos hechos horrorosos que marcaron para siempre la historia de Portete', afirmó la joven que perdió a varios de sus familiares ese 18 de abril del 2004.

Su hermana Débora Barros afirma que 'el Yanama es importante porque nos permite visibilizar nuestra tragedia y estar unidos para logar la justicia'.

Ambas afirman que han sido once años sin reparación, sin verdad y sin saber nada de las desaparecidas, Reina Fince Pushaina de 13 años de edad y Diana Fince Uriana de 40.

En la masacre murieron Margot Fince Epinayú de 70 años, Rosa Fince Uriana de 46 años, Rubén Epinayú de 18 años, torturado y amarrado a una camioneta, además de una persona sin identificar de la cual solo se encontró un brazo calcinado.

Otra víctima se registró un año después cuando se registró lo que ellos denominaron un 'falso retorno'. 'Dilia Epinayú de 50 años murió después que el gobierno y las autoridades, en cabeza del exvicepresidente Francisco Santos, organizaran este retorno con gente de otras regiones', explicó Telemina.

La mujer había sobrevivido a la matanza y regresó a Bahía Portete, donde fue asesinada por paramilitares en su casa y en presencia de sus hijos, después de lo que se hizo.

Hay varias condenas por el hecho

Según las investigaciones, la masacre de Bahía Portete fue organizada por el jefe paramilitar del Bloque Norte de las AUC y Rodrigo Tovar Pupo, alias 'Jorge 40', el comandante del comandante militar del Frente Contrainsurgencia Wayuu Arnulfo Sánchez, alias 'Pablo', y el wayuu José María Barros Ipuana, conocido como Chema bala, comerciante de la zona.

Chema Bala y su sobrino Adrián Agustín Bernier, fueron condenados por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia por los delitos de homicidio agravado, desaparición forzada, tortura, terrorismo, hurto calificado y concierto para delinquir, aunque la Alta Corte ordenó a la Fiscalía abrirles otro proceso por desplazamiento forzado.

El primero actualmente se encuentra purgando una condena por tráfico de estupefacientes en Estados Unidos, hacia donde fue extraditado ese mismo año en el 2007 después de ser capturado.

Alias Pablo fue condenado a 26 años, después de someterse a formulación de cargos para sentencia anticipada ante una Fiscal de Derechos Humanos.