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En Pokoyomana, una ranchería ubicada en el área rural de Albania, los wayuu lloraban porque no tenían agua para tomar, bañarse o cocinar. Mireida Fernández Ramírez líder de esta comunidad asegura que 'teníamos que caminar un largo camino para buscarla, pedirle a alguien que nos regalara o esperar que la alcaldía enviara un carrotanque'.

Este año para ella y toda su familia la situación cambió después que se culminara el proyecto productivo del Ministerio de Agricultura, con el cual tienen agua potable de manera permanente, pero además pueden cultivar sus alimentos y criar chivos para venderlos.

Según el ministro Aurelio Iragorri, quien estuvo revisando varios rancherías en La Guajira, en total van 70 proyectos ya culminados en los municipios de Fonseca, Riohacha, Maicao, Manaure, El Molino, Barrancas, San Juan del Cesar, Distracción, Albania y Fonseca.

'No podemos seguir solucionando el problema de manera momentánea trayendo comida, por eso concertamos con las mismas comunidades para establecer la mejor forma de ayudar en forma permanente', aseguró el funcionario, quien comió en Pokoyomana bollo, chivo, arepa, chicha y hasta crispetas cocinadas con los productos que los miembros de la comunidad cultivan en el marco del proyecto.

Explicó que cada uno de estos proyectos beneficia a unas 100 familias y que para este año ya están contratados otros 33 en los municipios con una situación más crítica por la sequía como son Riohacha, Maicao, Uribia y Manaure.

En el marco de esta iniciativa se les entrega chivos, un establo para estos, un pozo con panel solar, una hectárea para cultivar y tanques de almacenamiento, todo por un valor de $200 millones cada uno.

'Yo estoy convencido que lo más simple es lo esencial y por eso llevamos a cabo este proyecto que no es tan costoso, pero que puede solucionar el grave problema de agua y seguridad alimentaria a muchas familias', indicó Iragorri.

Colombia dejó de importar chivo o cordero

El ministro de Agricultura Aurelio Iragorri aseguró que con este proyecto que se lleva a cabo en La Guajira, Colombia dejó de importar chivos o corderos y el que se comercializa en el interior del país, proviene de este departamento.

'Antes los wayuu esperaban año y medio para vender un chivo en 60 mil pesos, ahora esperamos 3 meses, lo recogemos en las rancherías, se terminan de engordar para sacrificarlos y venderlos', explicó.

Dijo que esto se lleva a cabo a través de un convenio con Incoder y con algunas asociaciones indígenas.

Con esta iniciativa del ministerio de Agricultura que se lleva a cabo desde el mes de octubre del 2015, los wayuu tienen una esperanza para evitar que se sigan muriendo niños por desnutrición en sus territorios.

Así piensa Mireida, quien dice que 'ahora nos sentimos ricos, tenemos vida, porque el agua es vida para nosotros'.