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Manaure, La Guajira. Como si fueran asistir a una gran función, Florentina y Remedios Epiayú Uriana, de 96 y 90 años, respetivamente, se vistieron con mantas elegantes, collares y una pañoleta.

Las dos mujeres indígenas no paraban de mirar en el horizonte al ‘gigante’ que se acercaba cada vez más a las playas de Piedras Blancas en Manaure, en donde ellas y otro centenar de wayuu aguardaban ansiosos.

El arribo del buque 'Golfo de Urabá’ de la Armada Nacional era para ellos sinónimo del fin de una lenta agonía por la falta de agua.

Por orden del Presidente Santos, el gigante transportaba 50.000 litros de agua para calmar la sed de 1.200 pobladores de esta zona de la Alta Guajira.

Por eso Florentina y Remedios se sentaron en sillas plásticas en primera fila para ver lo que 'casi no se ve por aquí', como dijeron.

En sus mochilas llevaban una biblia escrita en wayuunaiki, el carnet de la iglesia y la cédula de ciudadanía ya que pensaron que era necesaria para recibir el agua que traía el barco.

'Estoy segura que la lluvia no llega por castigo de Dios, porque vendieron las salinas y los wayuu ya no trabajamos ahí', exclamó Florentina y al notar la presencia de los alijunas (no wayuu) que llegaron para coordinar la repartición de los 50 mil litros de agua enviados por la Unidad de Gestión de Riesgo.

La mujer contó que hace dos años no llueve y que la sequía acabó con los cultivos que tenían los wayuu. 'Aquí se cultivaba frijol, patilla, maíz y otros productos que también se vendían, no pasábamos hambre, pero ahora no comemos mucho y los niños se mueren'.

Recordó que cuando era joven abundaban el pescado y el marisco. 'La comida en la ranchería era con chipichipi, camarón, langostinos y pescado, nunca hacía falta nada', indicó Florentina.

Su presencia allí, junto a su hermana, varios de sus ocho hijos y dos nietas, también obedecía a que ella creía que el presidente Santos regresaría a Manaure.

'Cuando la política, le pedí a Dios que quedara Santos, ahora le pido que llueva porque lo necesitamos urgente', expresó la anciana, sin dejar de mirar la maniobra que realizaba el ARC Golfo de Urabá que navegó cerca de 200 millas náuticas desde Cartagena durante 30 horas con condiciones adversas al mar y de viento durante casi todo el recorrido, para traer el agua a los wayuu.

En Piedras Blancas no solo estaban las autoridades municipales, sino un gran número de wayuu, entre adultos, jóvenes y sobre todo niños que gritaban 'Agua, agua, agua', cuando vieron las mangueras que salían del barco hacia uno de los carrotanques que se estacionaron en la playa para abastecer a las comunidades indígenas.

El contralmirante John Flórez, comandante de Guardacostas de la Armada Nacional, aseguró que la institución se ha integrado a la Gran Alianza por el agua en La Guajira del Gobierno Nacional porque hay lugares muy alejados donde se puede llegar más fácilmente por mar, como por ejemplo Puerto López, Castilletes, Punta Espada, Puerto Bolívar y Siapana.

'A estas comunidades y poblaciones hemos llegado y repartido en cuatro jornadas, unos 250 mil litros de agua, 11 toneladas de alimentos, medicamentos, ropa y elementos para las escuelas', aseguró el oficial.

Culminada la maniobra del buque, uno de los carrotanques comenzó a repartir el agua en la comunidad asentada en la playa de Piedras Blancas: la primera beneficiada fue María Magdalena Bouriyú.

La mujer gritaba el pescado que acababa de traer uno de sus hijos. Los recipientes estaban llenos porque muy temprano había comprado cinco mil pesos de agua a una de las carretillas que la venden en Manaure. 'Desocupé dos baldes, porque esa agua es 'salá' y la que traen es buena, por eso voy a buscarla', dijo mientras corría para llegar al carrotanque.