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La época más crítica en la historia del corregimiento de Paraguachón, en Maicao, han sido los 10 meses en que ha estado cerrada la frontera con Venezuela, según afirman sus habitantes, quienes dicen que no soportan más la situación.

Desde las cinco de la mañana del ocho de septiembre de 2015, los comerciantes, cambiadores de bolívares, vendedores y transportadores de esta población guajira, han padecido con esta decisión que tomó el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

A esto se suma el desabastecimiento de algunos alimentos, ya que los ciudadanos venezolanos están llevando productos a través de las trochas para venderlos en los territorios fronterizos, donde no se consigue casi nada que comer.

Uno de los conductores nos dijo que 'la Guardia los deja pasar por la trocha y cuando llegan al puesto de control, los revisan y entran'.

Sin embargo, la mayoría de la mercancía entra a través de las trochas y en camionetas o carros llamados 'chirrincheros', por donde deben pagar entre 20 y 30 peajes humanos que se encuentran a lo largo del camino.

Ricy Deluque, presidenta de la Junta de Acción Comunal dice con vehemencia que 'los venezolanos se llevan la comida y encarecen más la canasta familiar, lo cual también se agrava por el paro camionero'.

Afirma que el comercio 'se murió' en Paraguachón y que de nada sirve si abren el paso fronterizo para que los habitantes del vecino país entren a comprar, si a ellos eso no les va a cambiar la crítica situación que enfrentan.

'Sinceramente esto no remedia en nada lo que pasa, al contrario creo que empeora la cosa', dice Ricy, quien también asegura que las medidas del Gobierno Nacional no han sido suficientes para que puedan estar tranquilos.

Así mismo piensa Yudy Peralta, líder y quien trabajó durante seis meses en uno de los 288 empleos temporales que puso en marcha Prosperidad Social para mitigar en algo la situación.

'El viernes pasado se terminó el contrato y ahora no sabemos qué vamos a hacer, porque esa platica nos servía mucho', manifestó.

Agregó que aparte de eso y el bus que fue enviado para el transporte escolar de los niños que estudian en Maicao, 'el Gobierno Nacional no cumplió con todo lo que había ofrecido cuando vino el presidente Santos al pueblo, como el acueducto, las grandes obras y el megacolegio'.

Mientras camina por el sector denominado La Tierra de Nadie, Yudy muestra los negocios cerrados, los vendedores sin hacer nada y saluda a varios amigos a quienes les dice que ya son excambiadores de bolívares. 'No han cambiado nada desde que se cerró la frontera, ahora se tienen que rebuscar para sobrevivir', afirma.

Esperan apertura de frontera

El alcalde de Maicao José Carlos Molina, reconoce que la situación económica es difícil en la población y asegura que esto se debe al cierre de frontera, aunque manifiesta que hay gran expectativa por una eventual apertura para los próximos días.

'Esa es nuestra esperanza, de acuerdo a las últimas informaciones que se han visto en los medios y a las decisiones de apertura parcial en otros puntos', manifestó.

También asevera que durante muchos años Maicao vivió de los productos subsidiados en Venezuela y ahora están sufriendo el desabastecimiento, no solo porque se los están llevando, sino por el paro camionero en el interior del país.

'Necesitamos el respaldo del Gobierno Nacional, porque las medidas que se tomaron en muy poco han ayudado, no fueron suficientes', también afirma el mandatario.

Siguen llegando las mudanzas

Mientras en Paraguachón esperan la apertura de la frontera, la situación en Venezuela sigue provocando el desplazamiento tanto de colombianos como venezolanos, quienes llegan a Colombia buscando mejorar su calidad de vida.

Muchos de ellos con grandes mudanzas llegan hasta la terminal de transportes de Maicao, donde esperan hasta tres y cuatro días, a que sus familiares lleguen por ellos o que alguien los quiera llevar por un bajo precio, ya que no tienen muchos recursos.

Es el caso de Mariela Valbuena, una venezolana casada con un barranquillero, quien dice que por el viaje desde Maracaibo le cobraron 90 mil bolívares, unos $234 mil, pero en cada alcabala o puesto de control, 'me quitaban plata y no me alcanzó para el transporte hasta Barranquilla, donde me espera mi esposo'.

Estaba durmiendo en la terminal de transporte hacía dos días esperando que le enviaran plata o que alguien la ayudara.

Jaider Yepes es el director operativo de la terminal y afirma que esta es una escena cotidiana, a la cual ya se han acostumbrado. 'Sabemos que es algo muy duro para estas familias, por eso muchas veces aquí los ayudamos enviándolos a su destino o dándoles de comer', indicó.

Dice que los transportadores también tienen grandes expectativas de que abran la frontera, por cuanto esto cambiaría totalmente la situación que están viviendo actualmente.

'Antes llegaban entre 10 y 15 buses que viajaban a Venezuela, ahora no llega ninguno, solo viajan carros particulares a través de las trochas y eso nos ha perjudicado mucho', agrega.

En La Guajira esperan que se abra la frontera, aunque muchos venezolanos ya están ubicados trabajando en este departamento, ya sea en peluquerías, restaurantes, almacenes y locales comerciales. Algunos dicen que no volverán aunque puedan hacerlo.

Gobierno anuncia medidas

La directora de Prosperidad Social Tatyana Orozco afirmó a EL HERALDO que los empleos que se ofrecieron eran temporales, como su nombre lo indicaba y que ahora se van a implementar proyectos a largo plazo.

'Maicao tendrá 'Mi Negocio', un programa que ayuda a la gente a montar su propio negocio con una inversión de $2 millones en especie y al cual se pondrán inscribir 409 personas', explicó.

Dijo que además se llegará a 270 familias con el programa Resa que son huertas caseras y habrá intervención en cuatro comunidades con soluciones integrales que incluyen pozo, energía, solar, planta desalinizadora, chivos y huertas para impactar a unas 500 personas más.