De múltiples balazos en el tórax y el abdomen, fue asesinado a las 6:50 de la tarde de ayer el ganadero y ex concejal de Riohacha Vicente Borrego Mejía, quien estaba saliendo de su residencia en la calle 13 con la carrera 11ª, muy cerca de la clínica Cedes de la capital Guajira cuando fue atacado por dos pistoleros en moto.
Testigos dijeron que los criminales aprovecharon que el ganadero de 80 años, había traspasado la reja de su casa, y allí lo acribillaron a tiros de pistola, sin darle ninguna posibilidad de sobrevivir el alevoso ataque.
En medio de la transitada calle 13 y entre los pies de los curiosos que se aglomeraron alrededor del cuerpo, se pudieron contabilizar 26 vainillas de pistola 9 mm, las cuales le quitaron la vida al ganadero que ya se encontraba en proceso de retiro de la vida política.
Lea además: Diez niños con desnutrición están hospitalizados en Riohacha
Borrego Mejía en la actualidad compartía su vida con la profesora Gloria Estrada Guerra, una mujer nacida en el departamento de Córdoba, a quien Borrego Mejía le inculcó la política como una actividad necesaria en este medio y terminó haciéndola concejal de Riohacha, corporación en la que ostentó la presidencia por un año.
Borrego Mejía fue un hombre de lucha a quien la vida le puso muchas pruebas desde sus inicios como ganadero. En una época muy aciaga para La Guajira, cuando los grupos de la subversión habían logrado ganarle mucho terreno a las autoridades, fue secuestrado en 1991 por el entonces movimiento subversivo EPL, permaneciendo en cautiverio por una semana y desconociéndose si su libertad fue pagada a los guerrilleros.
Lo acusaron de homicidio y concierto y fue detenido
Otro de los momentos difíciles en la vida de este ganadero nacido en Riohacha y desarrollado en el mismo municipio fue cuando la Fiscalía lo acuso del delito de homicidio agravado y concierto para delinquir vinculando a la muerte de un profesor de Riohacha. El trabajo de sus abogados, la edad del imputado y el tiempo detenido sin que le resolvieran nada, terminaron haciendo que ganara la libertad. Últimamente se había dedicado más a la atención de su familia, dejando de lado la política.
Vicente Borrego Mejía era quizás hasta ayer, el último de los sobrevivientes de una pléyade de agricultores que se convirtieron en comerciantes y políticos y con gran empuje se dedicaron a sacar adelante a sus familias logrando que muchos de sus hijos terminaran convertidos en profesionales que hoy le producen a su departamento.