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Después de pasar cinco días sin conseguir nada de comer, Yujanis Bermúdez tomó la decisión más dura de su vida, salió de Venezuela y llegó a La Guajira junto a su esposo y sus dos hijos, un niño de cuatro años y una joven de 20 quien llegó embarazada y ya tuvo a su hijo en el hospital de Riohacha.

'Allá no hay nada, no comíamos, no hay trabajo, por eso dejamos todo y nos vinimos', afirma sentada en una de las bancas del parque La India de Riohacha, que le sirve de cama a ella y a su familia, ya que no tienen donde quedarse.

Dice que prefiere las incomodidades que está pasando a estar en su país, donde según manifiesta, la situación está 'terrible'.

'Dejamos la casa, los corotos, nuestras cosas y solo tenemos algo de ropa y varias cobijas que nos sirven para dormir', indicó la mujer.

Asegura que es difícil dormir en el piso, en una banca o en un bordillo, sobre todo para el niño pequeño y para su hija, quien estaba embarazada.

Ella se llama Raciel Del Valle y dice que mientras estaba en estado de embarazo dormía muy incómoda por el peso de la barriga y se tenía que levantar a caminar, pero además su sueño era interrumpido por la presencia de la Policía en las madrugadas, cuando llegaban a desalojarlos.

'Me acostaba en la orillita del bordillo que es donde me sentía mejor', dijo mientras se sobaba la barriga, porque ya sentía las inquietudes propias de las mujeres cuando están próximas a parir.

Los venezolanos tienen sus 'ángeles'

En el parque duermen unos 200 venezolanos que han llegado en las últimas semanas a Riohacha huyendo de la situación de su país. Algunos venden tinto, otros buscan trabajo, pero la mayoría se tiene que quedar todo el día ahí porque tienen niños pequeños.

En las bancas, sobre cartones y en el piso se acuestan todas las noches para descansar de las largas caminatas que les toca hacer durante el día para buscar algo de comer o qué hacer para ganarse la vida.

A pesar de esto, tienen unos 'ángeles', como les han llamado, que hacen parte de una familia riohachera que cada noche les ofrece algo de cenar para mitigar un poco la situación que están viviendo en estas tierras que son extrañas para ellos.

Son los Ramírez Bermúdez, quienes todos los días llegan de sus respectivos trabajos, se reúnen y planean lo que van a preparar de comida para llevarles a los venezolanos.

Amely Bemúdez, una docente que vive en el barrio Bocagrande de Riohacha, explica que todos ayudan, hermanos, primos, yernos, hijos con algo de comida, plata o con la preparación de la cena que llega a las 6:30 en punto al parque.

Esta es repartida en cajitas desechables principalmente a las personas que tienen niños pequeños.

'Ellos son nuestros hermanos y por eso nos hemos solidarizado con ellos', manifiesta al tiempo que reparte la comida que en la noche del jueves fue guineo cocido con salchicha.

'A veces hacemos arroz de pollo, espagueti, pescado o lo que consigamos, lo importante es ayudarlos en esta situación', dice la maestra del colegio Las Américas.

EL HERALDO estuvo la noche del jueves 3 de agosto en el parque y ese día repartieron 96 porciones de comida, pero el día anterior habían entregado 275, algunas veces son 150 y el primer día fueron 80. 'Esto sigue aumentando cada día, por eso hemos pedido la ayuda de otras personas', afirmó Amely.

Se están organizando

Ramón Urbina un biomédico venezolano, quien tiene un año de estar en La Guajira, llegó al parque hace varios días con el fin de ayudar a sus compatriotas, a pesar que su situación tampoco es buena, ya que lo despidieron de la agencia de publicidad en la que trabajaba por su estatus de extranjero.

Él se encuentra al frente de la elaboración de un censo de las familias que están en ese lugar, para poder organizarse y de esta manera gestionar la ayuda que cada una de ellas necesita.

'Hasta el momento llevaron 652 familias registradas, a las que les preguntamos cómo llegaron a La Guajira, por qué vía, cuáles son sus principales necesidades, si tienen donde dormir y otros datos que nos servirán para solicitar ayudas', explicó.

En Colombia está junto a su esposa y dos hijos y en su país dejó su casa al cuidado de sus suegros, porque anhela volver muy pronto 'cuando la situación cambie, porque allá lo que hay es una dictadura'.

Rápidamente pasa al tema de la situación de su país y dice que no se explica cómo 'quieren cambiar la Constitución que hizo Chávez, si es el legado que les dejó, según afirman'.

Las autoridades harán una intervención

El teniente coronel German alerto Giraldo comandante del distrito de Policía uno de Riohacha, aseguró en diálogo con EL HERALDO, que las autoridades como Migración Colombia, la administración distrital, la secretaría de Salud, de Gobierno y la Policía, planean hacer una intervención en el parque en la que se incluya un censo.

'Queremos saber cuántos niños hay, cuántos adultos mayores y familias para determinar las acciones a seguir', explicó.

La joven venezolana ahora tiene un hijo colombiano

Raciel Del Valle parió poco después de dialogar con EL HERALDO. La misma noche del jueves fue recluida en el hospital Nuestra Señora de los Remedios de Riohacha y tuvo a su hijo a las cinco de la tarde del viernes 4 de agosto a través de un parto natural. 'Nunca me imaginé que tendría un hijo colombiano, pero doy gracias a Dios que todo salió bien a pesar de lo difícil que han sido estos últimos meses', manifestó en la habitación del hospital donde se recupera. Aunque es incierto su futuro, porque no tienen donde vivir y sus padres no tienen empleo, tiene la esperanza que puedan recibir la ayuda necesaria hasta que 'podamos regresar a nuestro país'.