A Gonzalo Enrique Rumbo lo delataron los nervios.
¿Quién es el muerto? le preguntaron los policías de Tránsito que le ordenaron detenerse para una requisa de rutina.
¿Para dónde lleva el ataúd? le insistieron las autoridades a Rumbo quien conducía una carroza fúnebre cuando fue requerido en el punto Chivo Feliz, en el sur de La Guajira.
El hombre no respondió ninguno de los interrogantes a los uniformados, que de inmediato, empezaron a sospechar de que la reacción del hombre era extraña.
Por eso, le dieron la orden de que abriera la carroza fúnebre, y para sorpresa de la autoridad, en el interior del ataúd no hallaron el cuerpo de un difunto sino 40 pimpinas con gasolina de contrabando cuidadosamente envueltas en bolsas negras con tal de no levantar sospechas.
Los policías de Tránsito retuvieron de inmediato tanto al conductor e i nmovilizaron la carroza fúnebre hacia la cabecera municipal Barrancas.
A Rumbo, de 63 años, le fueron leídos los derechos y puesto a disposición de un fiscal en turno para que le defina su situación judicial.
El teniente Vanegas Palma comandante de la Policía de Tránsito, mostró su indignación por esta modalidad para transportar gasolina de contrabando. 'Lo realmente delicado es que se haya tomado un carro que presta esa clase de servicios para un ilícito', declaró.
El detenido está acusado del delito de favorecimiento al contrabando y así será presentado por el fiscal ante el juez.
Por los lados de Barrancas, la información de que las 40 pimpinas de gasolina de contrabando iban dentro de un ataúd empezó a correr de boca en boca.
'Ya se perdió el respeto', 'Y después dicen que de dónde sacaba tanto cuento García Márquez', comentaban en la plaza principal quienes observaron el traslado de la carroza y de su conductor.