Compartir:

Desde 1988 la Cámara Colombiana del Libro y Corferias realizan la Feria Internacional del Libro de Bogotá Filbo, que por primera vez llegó a la Alta Guajira.

La convocatoria se llevó a cabo en el internado del corregimiento de Puerto Estrella y fue liderada por la Organización Wayuu Alaulayu con el fin de fortalecer el proceso académico indígena wayuu que dio pie a la existencia de la biblioteca Ramón Paz Ipuana, una de las 22 bibliotecas indígenas que hay en el país.

David Nieves, representante de la Cámara Colombiana del Libro afirmó que el programa Filbo en las regiones es una iniciativa que busca capacitar y fomentar la lectura en las comunidades.

'Elegimos Puerto Estrella como prueba piloto para este programa porque sabemos lo que representa su proceso organizacional como pueblo', agregó.

En este espacio Ciça Fittipaldi, de Brasil; Josep Antoni Tàssies, de España; Andrés Calle y Alexis Forero Valderrama ‘Alekos’ de Colombia, fueron los invitados especiales que compartieron su amor por el arte, la cultura y los libros con los niños, jóvenes y adultos de esta población.

También estuvieron los escritores guajiros: Limedis Castillo Mendoza, Linda Antonella Solano y Vicenta Siosi, quienes dictaron ocho talleres simultáneos basados en la identidad y la cultura.

En el acto de instalación, el docente José Ramón Gutiérrez, destacó que 'tener la Filbo en Puerto Estrella significa que nosotros producimos arte, escritura y lectura, porque siempre hemos estado invisibles por la lejanía de nuestro territorio y esta es una oportunidad para que nosotros demostremos nuestra producción con esencia wayuu'.

Añadió que este evento los acerca al mundo mágico del saber y que 'este es el motor que nos permitirá seguir construyendo una generación que vuele en la lectura, que escriba lo que siente'.

Luis Beltrán, lingüista y académico wayuu, oriundo de Puerto Estrella, recalcó el compromiso que tienen como pueblo.

'Es un reto para los wayuu manifestar nuestra oralidad a través de la escritura y plasmar nuestra esencia para ofrecerla en un texto. Es una manera de inmortalizar la palabra', manifestó.

La expansión de la Filbo a esta región surgió gracias al trabajo conjunto entre sus organizadores, Repsol y la comunidad wayuu.