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No hay momento más triste en la vida de una madre que la muerte de un hijo. Ver partir de este mundo a un ser al que se le dio la vida es algo doloroso y traumático, difícil de superar para la mayoría de quienes lo han vivido.

Sin embargo, la experiencia de Melvis Arismendy con el fallecimiento de uno de sus cuatro hijos podríamos calificarla como diferente, ya que tan solo unos instantes después de que se enteró de la muerte de Óscar Evelio Santís Arismendy, el segundo de sus hijos, tuvo que tomar una decisión trascendental para la cual debía contar con su mente en orden y sus cinco sentidos.

En diálogo con EL HERALDO, Melvis, quien es docente, explicó que cuando su hijo dejó de existir le vinieron a la mente los encuentros y conversaciones que tuvo con él durante los 39 años de su existencia. 'Desde pequeño fue una persona desprendida de todo lo material', afirma.

Lo material para Óscar incluía su propio cuerpo, tal y como se lo había dicho tanto a ella como a su familia en repetidas ocasiones. Fueron esas palabras de su hijo las que le vinieron a la memoria poco después de su muerte.

'Mi hijo era un ser noble, hablaba con todo mundo, era amiguero, trataba a todos por igual, pero sobre todo era alguien que le gustaba ayudar a quien lo necesitara', indicó Melvis.

Relata que Óscar Evelio sufría de migrañas y siempre se tomaba una pastilla para que se le pasara el dolor o iba al médico y le recetaban algún medicamento rutinario que lo calmaba. Era abogado, había terminado su bachillerato en la Institución Educativa Almirante Padilla, de Riohacha, y luego hizo su carrera en la Universidad Sergio Arboleda. Aunque su nacimiento fue en Medellín, ya que su mamá estudiaba en esa ciudad, desde los dos años se crió en la capital guajira junto a su familia, toda oriunda de esta región.

Un día antes de su muerte, Óscar fue encontrado en su apartamento en Bogotá donde vivía solo desde el 2017. Estaba tirado en el piso, ya que al parecer se había desmayado y golpeado con algo.

'Fueron unos compañeros quienes lo llevaron a una clínica, ya que después supimos que convulsionó y se le reventó un aneurisma, pero además tuvo un trauma cervical que le obstruyó la arteria que lleva la sangre al cerebro', explicó la madre del abogado.

Eso fue el dos de mayo hacia las cuatro de la mañana, y al día siguiente los médicos le dijeron que Óscar tenía muerte cerebral y que no había más nada que hacer.

El intenso dolor que sentía en ese momento, no le impidió a Melvis encontrar la fuerza necesaria para responder las preguntas de los neurocirujanos que habían atendido a Óscar. ¿Su hijo es donante?, le preguntaron, a lo que sin pensarlo ni un instante respondió que sí.

De ahí en adelante lo que siguió fueron los trámites necesarios para que sus órganos les dieran vida a otras personas.