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Hernán Antonio Bermúdez Arévalo, el líder campesino asesinado a las 7:10 de la noche en la vereda Mundo Nuevo, zona rural de Riohacha, invitó a su sicario a que se sentaran a hablar cuando este le desenfundó el arma con el que le disparó en diez oportunidades.

Bermúdez le insistió al desconocido del por qué actuaba así, a lo que el hombre armado le respondió que 'no hay nada de qué hablar' y procedió a abrir fuego contra la humanidad del líder de 56 años.

La narración fue hecha por Gladys García, la mujer con la que convivió durante 35 años y quien confesó a esta casa editorial que sentía 'temor' por el trabajo de Bermúdez de mediar en la restitución de tierras de familias desplazadas.

Sobre el ataque mortal contra su compañero, dijo que el sicario le preguntó varias veces que si él era ‘Po’, como lo llamaban sus allegados.

'Cuándo él vio que el desconocido sacó el arma, le pidió que dialogaran, pero enseguida empezó a disparar contra Hernán, incluso, estando en el suelo siguió disparando', contó entre lágrimas.

Los dos vivían en una parcela localizada a unos treinta minutos de la ciudad de Riohacha.

Gladys dijo además que a Bermúdez nunca lo habían amenazado. 'Pero yo siempre vivía temerosa de que él liderara esas reuniones, ahora es muy peligroso ayudar a los demás, sobre todo en las zonas rurales, pero él me decía que no me preocupara que nada pasaría'.

Sin embargo, recordó que en julio de 2014, por poco lo degüellan luego de que desconocidos atravesaran una línea de alambre de púas en la trocha que conduce a la vereda.