Los indígenas wiwas de la Sierra Nevada de Santa Marta, asentados en territorio del municipio de Dibulla en La Guajira, dieron un ultimátum de 48 horas a los grupos de mineros ilegales que se encuentran en su territorio ancestral para que lo abandonen o de lo contrario intervendrán por la fuerza para recuperar el dominio territorial.
Así fue indicado en un comunicado que se envió a las autoridades nacionales, departamentales y municipales, como también a organizaciones de Derechos Humanos del orden nacional e internacional. 'No tenemos otra opción sino las vías de hecho para recuperar las tierras y evitar con ello que sigan siendo contaminadas por los grupos de mineros ilegales que tienen buena parte de la Sierra Nevada llena de socavones y a nuestros ríos contaminados. Nuestra gente se está envenenando cada vez que toma agua en varios ríos a los que le dejan caer químicos que son usados en las labores de minería, para la extracción de oro principalmente', dijo a este diario Luis Eduardo Malo, fiscal del pueblo wiwa del municipio de Dibulla.
El líder natural sostuvo que ese ultimátum de 48 horas que se le había dado a los invasores vencía la tarde de este jueves y hasta el mediodía no habían recibido una respuesta favorable. 'Nuestra gente ya se encuentra en un primer socavón, es el de mayor impacto y el que más contamina, está a unos 30 minutos de la carretera Troncal del Caribe, los afectados por estos trabajos son los miembros de la comunidad Ceyumaque, los cuales ahora se encuentran en el predio conocido como Arimaca, allí estamos cerca de 100 indígenas con las autoridades tradicionales, esperando una respuesta de los mineros ilegales para que abandonen y si no lo hacen entonces tomaremos acciones en su contra. Sabemos que es un gran riesgo porque hay muchos hombres armados en el sector, pero estamos dispuestos a cualquier cosa para evitar que la Sierra se siga contaminando, y por eso le estamos pidiendo al Ejército, la Policía y medios de comunicación, que hagan presencia en el sitio para que se garantice nuestras vidas', dijo el líder Luis Eduardo Malo.
Según los indígenas, los problemas se agudizaron en 2015 y desde entonces han estado solicitando la intervención de las autoridades para proteger la Sierra pues se trata de un territorio de resguardo donde no se puede practicar este tipo de acciones mineras. Dijeron que nunca les han respondido y la minería lo que está dejando en el pueblo wiwa son enfermos y muchos muertos.
La principal intervención de lo que ellos consideran una minería ilegal cubre un área aproximada de treinta hectáreas y esas tienen diez hectáreas cercadas con alambres para impedir el ingreso de indígenas.
Los nativos también se quejaron por lo que consideran poca aplicación de la ley con los infractores y añaden que en muchos casos han sido capturados con las maquinarias pesadas y otros elementos prohibidos, pero cuando los ponen a disposición de la justicia estas los dejan libres en poco tiempo y regresan al a la sierra a tomar retaliaciones. 'Hace apenas unos 15 días desconocidos quemaron dos de nuestras casas y esto a sido reiterativo desde hace muchos años y ahora ya no podemos seguir permitiendo este atentado contra la Sierra y el pueblo wiwa', indicó Luis Eduardo Malo.