La matrona wayuu Mauricia Apshana de la comunidad Alainnawou-Los Olivos de los municipios de Uribia y Manaure, había estado hospitalizada en la Clínica de la Costa de Barranquilla por una cirrosis hepática que venía sufriendo hace mucho tiempo, pero fue aislada porque se tenía la sospecha de que pudiera tener el coronavirus.
Al morir su familia protestó para que no fuera cremada porque no se tenía la certeza de que sufriera la enfermedad, pero no pudieron impedirlo y finalmente el 11 de mayo se realizó la cremación.
Las pruebas de Luz Delys Pérez Zúñiga, de 30 años de edad, también dieron un resultado negativo e igualmente fue cremada en la funeraria Los Olivos, por lo que sus familiares realizaron una protesta frente a sus instalaciones en Riohacha.
Su hermana Luz Dary Pérez explicó que hace dos meses ella había sido operada de apendicitis y se le descubrió un tumor en el tórax que le provocaba dificultades respiratorias, por lo que fue aislada en la Clínica General del Norte de Barranquilla, como paciente sospechosa de COVID-19.