Varios sectores del país y de La Guajira calificaron de 'denigrante' e 'indignante' la forma como el humorista Fabio Zuleta Díaz y el ciudadano indígena Roberto Barroso, se refirieron a la compra-venta de las mujeres wayuu.
El video compartido por Zuleta en su cuenta de Instagram generó un escándalo nacional que de manera inmediata causó rechazo y críticas al lenguaje y términos desobligantes utilizados en el diálogo entre los dos hombres.
Uno de los más indignados fue el propio presidente de la República, Iván Duque, quien vía Twitter pidió que 'todo el peso de la ley debe caer sobre quienes promuevan el tráfico de personas y la explotación sexual de mujeres o niños. Nada excusa a quienes pretenden vulnerar los derechos humanos de las comunidades indígenas'.
La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez se sumó a las voces de rechazo al considerar que es 'absolutamente indignante, por decir lo menos, que se utilicen los espacios de un medio de comunicación para hacer apología a delitos que vulneran los derechos de las mujeres y las niñas, particularmente de las indígenas wayuu'.
Por su parte el procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, pidió a la Fiscalía investigar los hechos e imputar cargos tanto al humorista como el supuesto palabrero por promover la trata de menores y atentar contra la dignidad de las mujeres, en este caso de la etnia wayuu.
Aunque Fabio Zuleta pidió disculpas a través de sus redes sociales, e indicó que se trataba de una 'entrevista de humor', esto no ha sido suficiente para apaciguar la indignación que causó su contenido.
'Lo que sucedió con ese video atroz no se termina con unas disculpas insulsas, pues viola todas las convenciones internacionales y vulnera los derechos de una población que es sujeto de especial protección constitucional. Esto no es un chiste, es una apología a prácticas atroces como el tráfico y la esclavitud sexual, que Colombia está luchando por abolir', indicó el procurador.
La ministra del Interior, Alicia Arango, solicitó a las autoridades competentes investigar lo dicho por Fabio Zuleta, 'ya que es una conversación explícita que incita al delito de trata de personas y explotación sexual'.
'La mujer wayuu no se vende'
Líderes de La Guajira se unieron al repudio nacional por este episodio y desde ese departamento promovieron el movimiento #LaMujerWayuuNoSeVende al que se adhirieron voces de diferentes sectores del país.
'Las mujeres wayuu son las encargadas de transmitir los saberes propios de nuestros pueblos, son amor, son cultura, son resistencia, son dignidad, son esperanza. Las mujeres indígenas no son cosas que se comercializan, no son ‘chinitas’, no son mercancía. La mujer wayuu tiene valor, pero no precio. Exigimos respeto' indicó la abogada Martha Peralta Epieyú.
Rosalinda Aguilar Uriana, coordinadora de la Asociación de Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Guajira, afirmó 'es una falta de respeto grave con la etnia wayuu a la cual pertenezco, y rechazo la burla a la mujer wayuu que represento. El señor Fabio Zuleta usó palabras que desvalorizan y ultrajan nuestra identidad matrilineal. No hay valor comercial que repare este daño que nos han hecho, y solicito a las autoridades competentes que tomen medidas. ¡Basta ya! Las mujeres merecemos respeto'.
La psicóloga Priscila Van Grieken rechazó 'cualquier comentario o contenido que se difunda con el objetivo de denigrarnos como mujeres y jugar con nuestra dignidad. Las mujeres wayuu somos símbolo de resistencia, liderazgo, ancestralidad, vida y cultura', agregó.
A ellas se han unido organizaciones indígenas como Nación Wayuu, Yanama, Mesa de Concertación Wayuu y la ONIC, las cuales han pedido respeto por la dignidad de las mujeres indígenas de Colombia, y acciones por parte de las autoridades.
El respaldo también lo han recibido de parte del gobernador de La Guajira, Nemesio Roys, quien indicó 'sin lugar a discusiones y comedias, el respeto a la mujer está por encima de cualquier consideración cultural. La dignidad humana y la libertad de nuestras niñas y mujeres no se venden y su vulneración. No nos da risa. ¡Nuestro rechazo absoluto!'.
Para el antropólogo wayuu y exgobernador Wilder Guerra Curvelo, 'desde hace mucho tiempo se viene desdibujando, por desconocimiento, el sentido de instituciones sociales como el matrimonio entre los wayuu. Lo grave en este caso es la participación de un propio indígena en una distorsión obscena y perversa. El humor denigrante no es humor'.