Agonizando por la falta de agua se encuentra Musichi, un área que fue protegida por disposición de las autoridades ambientales de La Guajira y ahora por la negligencia mostrada frente a las necesidades de este frágil ecosistema. Poco a poco se ha perdido la belleza con la que lo engalanaban los flamencos rosados y otras aves costeras que llegaban a su laguna en procura de alimento.
Son muchas hectáreas en las que cientos de aves zancudas de color rosado y otras de menor talla llegaban a descansar y alimentarse tras un largo un viaje desde Norteamérica hasta Venezuela y otros países de Sur América, con la intención de conseguir mejores condiciones ambientales y alimentarias para reproducirse.
Un alto en la travesía
Musichi es una de las tres zonas de estación de estas aves migratorias antes de su ingreso a Venezuela. Las dos restantes, son el Parque Nacional Natural de Camarones y otro sector localizado en Bahía Hondita.
Se secó la laguna
La laguna donde las aves se podían ver se fue secando poco a poco. La crisis laboral que afronta la empresa Big Group está relacionada con los problemas que tienen a punto de desaparecer lo que fue una zona protegida por Corpoguajira.
El problema entre empleados y patronos dejó sin agua la laguna. El caso es que entre las responsabilidades adquiridas por el operador estaba el de hacer un bombeo permanente de agua de mar hacia la laguna para que se pudieran reproducir peces y artemias salinas, un alimento codiciado por los flamencos.
Los trabajadores se fueron a un paro indefinido reclamando salarios y otros beneficios. Al parecer, en medio de esta protesta la empresa no definió una estrategia para seguir llevando el agua a la laguna. Cuando se dieron cuenta del error, dicen los sindicalistas, dispusieron del funcionario para desarrolla el trabajo de bombeo a la zona en la que llegaban las aves.
Suspendieron el servicio de energía
Cuando la situación parecía haberse resuelto la empresa Electricaribe - considerando que había una crecida factura por le entrega de energía al operador - decidió suspender el servicio y allí se terminó de sellar el principio del fin para la zona ambiental que ya no era tan protegida.
Hoy de las mansas aguas sobre las que se recreaban y alimentaban los rosados y gigantes pájaros no queda nada, solo hay polvo amarillo y tierra cuarteada que hace inferir que en algún momento hubo agua.
En lo que tiene que ver con las aves no todo está perdido, ahora se fueron a un sitio más discreto en la orilla del mar. Algunas llegan a un sitio conocido como la Boca de San Agustín, allí se alimentan y luego marchan a Venezuela como lo han hecho por años.
Se está secando el manglar
El daño ecológico causado al ecosistema no contempla solo el retiro de los flamencos rosados, hay un problema mas complejo que constituye el bosque de mangles de la zona aledaña a la laguna. Esas plantas ya se están secando y si no hay agua prontamente habrá un grave daño en la barrera natural del sector.
Por otro lado, un experto indicó que eso es solo lo superficial, pero en el lecho de la laguna siempre existió otro submundo de microorganismos. Con ellos ya no hay nada que hacer pues hoy el lecho es tierra amarilla seca y con temperaturas muy elevadas.
Fuentes de Corpoguajira indicaron que ellos siempre han estado pendientes de este lugar, incluso tienen una cabaña que en estos tiempos está deshabitada por razones de la pandemia, pero han estado monitoreando. El director de Corpoguajira, Samuel Lanao, indicó que está haciendo los contactos necesarios para presentar las acciones de mitigación e investigación y si es necesario, hará las denuncias que sean necesarias en la medida que cada caso lo amerite.