A pesar de la intervención del Ministerio de Trabajo, Cerrejón y Sintracarbón no llegaron a ningún acuerdo sobre la nueva Convención Colectiva de Trabajo y la hora cero para que se declare la huelga podría darse antes del 1 de septiembre.
La multinacional afirma que en la reunión ratificó la voluntad y disposición para continuar con el diálogo y negociación directa con la comisión negociadora, de los puntos que están en el pliego de peticiones, así como de la denuncia presentada por la empresa en cuanto al cambio de turno.
Sin embargo, afirmó que este punto no es objeto de la negociación colectiva, porque no está regulado en la Convención Colectiva de Trabajo ni hace parte del pliego de peticiones del sindicato, ni de la denuncia de la compañía.
Sintracarbón por su parte afirma que está haciendo todo lo necesario para dialogar y negociar, ya sea directamente con la compañía o con intermediación del Mintrabajo. 'Lastimosamente, del otro lado está el patrón obstinado, que no admite las voces que desde la base y a través del sindicato le estamos haciendo llegar. Que estamos dispuestos a ofrecer nuestro esfuerzo a favor de la operación en esta difícil coyuntura, siempre y cuando el interés patronal de ahorro de costos y gastos no sea a cargo del menoscabo de la vida y la familia del trabajador', aseguran.
En cuanto al que han denominado 'turno de la muerte', solicitan que se abra una discusión técnica entre las partes, en donde se analicen varias alternativas, porque argumentan que este cambio debió ser discutido y concertado con los trabajadores.
Dice el sindicato que la respuesta de la compañía 'se limitó al reconocido discurso de que el cambio del turno es una de las estrategias para garantizar su sostenibilidad, supervivencia y competitividad, y que existen razones financieras, ocupacionales y hasta legales, incluidos los derechos unilaterales del patrón, que respaldan su decisión. Que estarían dispuestos a los espacios de discusión técnica, pero ya con el turno de la muerte implementado'.
La posición del sindicato es que cualquier cambio de turno debe ser discutido y concertado, suspendiendo su implementación, y sostiene que la discusión debe ser objetiva y técnica, con participación activa de los trabajadores, sus representantes y sus asesores. 'Solo al final del diálogo entre las partes se podría llegar a una implementación tan transcendental. A nuestra petición la compañía respondió que no, que la implementación sería gradual y se irían haciendo los ajustes sobre la marcha, lo cual nos parece una determinación peligrosa. Simplemente, es ensayar con la vida de los trabajadores'.
La empresa advierte que cada día de huelga en Cerrejón le cuesta a La Guajira y a Colombia cerca de 7.000 millones de pesos. 'Esta cantidad incluye lo que deja de percibir el departamento y el país en términos de impuestos y regalías, pero también otros conceptos como los salarios y beneficios que reciben los trabajadores y todos los servicios que tiene contratados la Compañía. Esto supone reducir la capacidad del departamento para hacer inversiones sociales y frena el desarrollo de la región', asegura el vicepresidente de la compañía Juan Carlos Consuegra.
Agrega que 'además la suspensión de las operaciones afectará la forma en la que hemos venido entregando la ayuda a las comunidades étnicas y a La Guajira durante la emergencia provocada por el COVID-19'.
El 99.03% de los afiliados a Sintracarbón votaron a favor de la huelga para resolver el conflicto laboral entre las partes y después que terminara la etapa de arreglo directo el pasado 7 de agosto. De los 3.623 trabajadores que votaron, 3.588 optaron por la huelga, 26 por el tribunal y 9 votos fueron anulados, según informó el sindicato. En un comunicado la organización sindical afirmó que la empresa 'tuvo una actitud mezquina, porque ha pretendido menoscabar los beneficios convencionales e imponer el denominado turno de la muerte'.