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Las lluvias han sido inclementes en la Alta Guajira, tienen a la comunidad casi aislada, las ayudas llegan a cuentagotas por el pésimo estado de las vías, pero aun así, los nativos de la etnia wayuu creen que llover es un acto generoso de Dios y una bendición para ellos, pues deben esperar dos y hasta tres años para que sus reservorios o jagüeyes se llenen y tener el líquido para beber ellos y sus animales.

Claudia Henríquez, secretaria de Asuntos Indígenas de La Guajira, dice que hace una semana tuvo que desarrollar actividades en la Alta Guajira y el desplazamiento fue complicado, pero llegaron.

'Me di cuenta que el agua es la bendición de Dios para nuestra gente que tiene tan poco, mi felicidad fue inmensa al ver los sembrados de maíz, ahuyamas, los frijoles y otras especies que generan una seguridad alimentaria, para los hermanos indígenas cualquier dificultad en la vía es poco, ante los grandes beneficios de la lluvia', dice la funcionaria que pertenece a esa etnia nativa.

'Hacia La Alta Guajira, ahora es muy difícil viajar, nosotros no vamos desde el 23 de marzo cuando quedó cancelada la actividad turística, pero sabemos que en estas épocas de lluvia es muy difícil salir o entrar a la Alta', dice Ramiro Vanegas, un antioqueño que lleva 52 años en La Guajira y transporta turistas.

Dice que por llevar un turista en condiciones normales se pueden cobrar hasta $450.000, pero ahora no están viajando y con la lluvia, ir a cualquier actividad se debería cobrar casi el doble, pues el consumo de combustible está en esa misma proporción. 'El negocio del turismo se nos fregó, llevo siete meses viviendo de un ahorrito y pequeñas actividades que salen', indica Vanegas.

Nadie mete su carro a dañarlo

Ismenia Iguarán, lideresa de La Guajira Extrema indica que el aislamiento de la zona extrema se produce de manera automática, porque las personas no arriesgarán sus vehículos en el terreno.

'Mi amigo Juan que salió de la Alta a las 5 de la madrugada del lunes para Riohacha pasó todo el día luchando con su carro en el recorrido y llegó a la capital cuando eran las 7 de la noche, la necesidad de salir lo obligó y expuso su patrimonio en el vehículo. Otros no han salido tan bien librados. Hace poco, unos turistas cerca al Cabo de la Vela fueron arrastrados por un arroyo y su carro se destruyó, otro carro terminó volteado en las salinetas cerca de Bahía Honda', aseguró Ismenia

No hay ayuda del Gobierno

Ismenia sostiene que en principio hubo una ayuda de las autoridades gubernamentales, pero luego de olvidaron de las necesidades de los wayuu, 'lo que han llevado no se compadece con las necesidades que tiene nuestra gente', asegura.

Sin embargo la lideresa destaca el trabajo que ha venido desarrollando el Plan Mundial de Alimentación (PMA). 'Han estado haciendo presencia y llevan alimentos, 'ahora está limitado por el asunto de las vías, pero hay que reconocer la entrega de sus funcionarios, no es posible cubrir el cien por ciento de la comunidad, pues es muy dispersa y siempre hay unos que no son beneficiados y esas protestas no se hacen esperar', asegura Iguarán, quien añade que es mejor tener agua por varios meses, aunque se tenga que sacrificar una salida oportuna y por buena vía y en ese sentido llamó al Gobierno a cumplir con todas las promesas de campaña.