Palomino era hasta hace unos doce años un paraíso escondido de playas amplias y hermosas. El refugio perfecto para los pocos extranjeros que allí llegaban.
Algunos de estos decidieron quedarse atraídos por el paisaje, la tranquilidad y la calidez de la gente de este corregimiento del municipio de Dibulla, en La Guajira.
Este es el caso de Mara Wenzel, quien llegó de Alemania a disfrutar vacaciones en el Cabo de la Vela y pasó por Palomino.
'Eso fue hace diez años, descubrí Palomino, era algo maravilloso, una joya escondida en el Caribe con abundante arena y un paisaje hermoso', expresó en diálogo con EL HERALDO.
Abrió ‘Finca Escondida’, uno de los primeros restaurantes y hoteles que hubo en la población.