Han pasado cinco años desde que la Corte Constitucional dictó la sentencia T-302 de 2017, que declaró el Estado de Cosas Inconstitucional por la desnutrición de niños y niñas wayuu, con el objetivo de ponerle freno a esta problemática en el departamento de La Guajira. Sin embargo, por más increíble y cruel que parezca, los niños siguen muriendo de hambre en los desiertos de la zona. La ley está lejos de cumplirse y todo ante la seguidilla de fallas estructurales del Gobierno Nacional, de los mandatarios locales y de algunas de las autoridades tradicionales indígenas.
Basta con revisar los números para estrellarse con esta horrible realidad que se ha vuelto paisaje. Según los datos entregados por la Defensoría del Pueblo en su más reciente informe, La Guajira es el departamento del país donde más niños, entre los 0 y 5 años, han muerto por causas asociadas a la desnutrición en el 2022. Los 48 menores, en su gran mayoría, por no decir que todos, son infantes pertenecientes a las comunidades wayuu que están asentadas en inhóspitos puntos del territorio guajiro. Mueren tras padecer varios días cuadros de fiebre, diarrea, vómitos y pérdida de la consciencia. Mueren con los huesos pegados al delgado pellejo causado por su déficit calórico. Mueren lejos de un centro médico. Mueren olvidados por todos.
En ese mismo renglón, la entidad indicó que La Guajira (48 casos), Chocó (25), Bolívar (14), Cesar (13) y Vichada (9) concentran el 55% de los casos de mortalidad por desnutrición de niños y niñas menores de 5 años de todo el país. Números preocupantes más que preocupantes para la región Caribe debido a que en ese listado destacan tres de los siete departamentos que lo integran.
'Como sociedad debemos sentirnos avergonzados por seguir registrando, de manera recurrente, que los niños y niñas mueren porque no podemos garantizarles alimentación y nutrición adecuada. Toda la institucionalidad del Estado debe trabajar de manera articulada para garantizar la vida de todos los niños. Esta debe ser una prioridad nacional', explicó Carlos Camargo, defensor del Pueblo.
Cabe recordar que en una sola comunidad, la Siwolu, han fallecido tres niños menores de cinco años en menos de seis meses. La comunidad vive en una ranchería de 180 habitantes localizada a unos diez minutos de la cabecera municipal de Uribia, en la antigua vía que conduce a Maicao.
'En la comunidad hay más niños enfermos y el aspecto dice que podrían estar pasando desnutrición y eso se corrobora con lo indicado por los familiares que nos dijeron que no tienen muchas cosas para alimentarse', explicó el líder de Derechos Humanos y representante legal de la organización Nación Wayuu, José Silva.
Asimismo, en la comunidad Kaipaa, ubicada en el resguardo Unapchon, a unos siete kilómetros en la vía entre Riohacha y Valledupar, fallecieron cuatro menores, entre ellos una bebé de 11 meses de nacida, en menos de una semana en agosto pasado.