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En aras de recuperar los territorios intervenidos por la alta minería, sumado al aporte laboral de muchos residentes capacitados para la labor de conservación ambiental, la compañía Cerrejón diseñó un corredor de protección para que los animales puedan desplazarse libremente y no sean víctimas de sacrificio para vender su carne o pieles.

En el espacio, también conocido como el ‘corredor del jaguar’, no solo se encuentra este felino sino también animales como el puma, ocelote y el yaguarundí.

El corredor biológico, que une la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, busca interconectar estos dos ecosistemas claves en el país, a través de la restauración ecológica y la conservación de áreas estratégicas.

Por ello, se están llevando a cabo acuerdos de conservación con propietarios de predios, se está creando una red de viveros comunitarios para contar con las plántulas necesarias y se realizan procesos de investigación.

Según lo mencionado por la compañía, el cuidado de estos espacios los realiza con el 'compromiso con la naturaleza para devolver lo que se extrae con la intervención minera'.