Alejandro Char terminó bailando con el Checo Acosta, empapado en sudor, ronco y con el orgullo hinchado, en un evento que recordó las viejas Lecturas de Bando del Carnaval en el Paseo de Bolívar. El Alcalde acaba de recibir la que llamó una “medicina” para la epidemia de críticas en su contra: el respaldo de más de 150 mil barranquilleros y 37 organizaciones sociales, que atiborraron el centro para rendirle un homenaje.
Manifestación que llega en “momentos de crisis”, como él mismo dijo en un discurso de 20 minutos, en el que manoteó, gritó y desató huracanes de ovaciones hasta que la voz se le empezó a partir. Se entrevé que con críticas se refería al escándalo de su vinculación con el Grupo Nule en la contratación del recaudo de Transmetro, y las implicaciones en construcciones en la zona de desastre de Campo Alegre.
“Aquí está la gente rodeando a su Alcalde, y él obviamente orgulloso de su gente, impregnado de ese ánimo, de esa energía; para seguir empujando este barco a puerto seguro, a una ciudad digna, de oportunidades para todos”, afirmó Char, antes de bajarse de la tarima a las 6:30 de la noche.
Desde las 4 de la tarde se fue formando la multitud que le agradecería su gestión. Había concejales, líderes comunitarios, estudiantes y ancianos, armados de pancartas. “La calle 73B está contigo”, “La 71 te apoya Alex”, también se leía el respaldo de la Zona Cachacal, La Esmeralda y muchas más. Carteles que sirvieron de paraguas, para la llovizna que caía mientras se presentaban en tarima la Orquesta Sinfónica, luego el Rumbón Normalista y el grupo Caribe Son de La Playa.
Un helicóptero pasó derramando nubes de claveles rojos. Char fue recibido entre un alud de aplausos y una salsa del Joe Arroyo retumbando a las 5:40. Agradeció. Dijo que todos los barranquilleros conforman “el mejor gobierno que tiene Colombia”, y que desde el interior del país habían encontrado dificultades con el fin de socavarlo.
“Esta demostración de afecto me inyecta la fuerza que necesitaba para terminar mi periodo”, volvió a gritar. De pronto había humo, y volaban papelillos verdes, rojos y amarillos.
Fuegos artificiales estallaron y llenaron de color el cielo negro. Con los desastres tras de sí, olvidados de momento ante el embargo de emoción, el Alcalde bailó y se despidió del evento organizado por la sociedad civil. Entre tanto, el Checo se quedaba haciendo vibrar a la multitud. Un abrebocas de Carnaval en nombre de Char.
Por: Iván Bernal Marín