Los concursos de méritos para la escogencia de gerentes para los hospitales estatales quedaron en el centro de la polémica esta semana, cuando por medio de un fallo de tutela un candidato logró posesionarse, tras demostrar en los estrados judiciales de primera y segunda instancia inconsistencias en el proceso de selección.
Mientras esto ocurría en Barranquilla, donde el nuevo gerente del Hospital Niño Jesús llegaba al cargo en medio de señalamientos y cuestionamientos sobre la legalidad de su nombramiento, la ministra de Salud, Beatriz Londoño, expresaba a medios nacionales su preocupación por el tema de los concursos, al señalar que “los procesos de elección de algunos gerentes de hospitales han dejado mucho que desear”.
La alta funcionaria del Gobierno Nacional reconoció que se encuentra estudiando una modificación a futuro de la normatividad. Sin embargo, aclaró que aunque algunos gobernadores le han planteado la alternativa de designar libremente a los gerentes y no a través de concurso, le apuesta más a un proceso que brinde las suficientes garantías.
En el Atlántico, dos hospitales están intervenidos, otros tres decidieron reelegir a sus anteriores gerentes, mientras que de los 21 centros asistenciales que convocaron a concurso, 12 de ellos ya lograron concluir el proceso de meritocracia y los ganadores ya están al frente de sus cargos, a diferencia de los nueve restantes, en los que el cargo se encuentra en interinidad.
Como se recordará la norma establece tres meses posteriores a la llegada de los respectivos nominadores (alcaldes o gobernadores) para la realización de todas las etapas del concurso de méritos. En cuatro de los hospitales que están en mora de nombrar un gerente en propiedad (Polonuevo, Tubará, Manatí y Palmar de Varela), los concursos fueron declarados desiertos porque ningún candidato obtuvo el puntaje mínimo de 70 puntos, por lo que deben empezar de cero.
En el caso del Hospital Materno Infantil de Soledad, la junta directiva de ese centro decidió suspender el concurso por presuntos errores cometidos por la Universidad del Norte, por lo que dio por terminado el contrato y en la actualidad adelanta el concurso con la Corporación Universitaria de Colombia Ideas.
Anteriormente, la junta directiva del Centro de Salud de Galapa ya había ordenado suspender el concurso por inconsistencias en la fase contractual, que se inició por parte de la administración anterior de ese municipio.
Polémica. Uno de los casos más polémicos ha sido precisamente el del Hospital Niño Jesús, sin lugar a dudas la institución de salud del Estado más sólida financiera y asistencialmente en esta sección del país, tras un exitoso proceso liderado por el actual secretario de Salud del Atlántico, David Peláez, quien lo gerenció durante varios años.
En el concurso de esa Institución se comprobaron fallas en la valoración de las hojas de vida por parte de la Universidad del Norte, situación que terminó abriendo las puertas para que fueran los jueces quienes decidieran un ganador dentro del proceso.
Vacíos jurídicos. La Universidad del Norte, con amplia experiencia en procesos de selección de personal y debidamente acreditada ante la Comisión Nacional del Servicio Civil, pero que ha tenido inconvenientes en varios de los procesos que adelanta, atribuye esta situación, entre otros aspectos, al hecho de que al unificarse el período de selección de gerentes, se debieron llevar a cabo, en simultánea, un gran número de procesos que desbordaron además el número de participantes.
También se presentaron inconvenientes con los criterios de selección definidos por las juntas directivas de las ESE donde no siempre privilegiaron factores tales como conocimientos y antecedentes (estudios y experiencia).
Intereses. Son muchos los intereses que se mueven tras la designación de los gerentes y al parecer no todas las administraciones estuvieron en disposición de aceptar los resultados de un concurso transparente.
De acuerdo a lo señalado por la Uninorte, en diversos procesos las juntas directivas o los nominadores, a partir de cualquier justificación, optaron por no continuar con los concursos, cuando los candidatos de las actuales administraciones no tenían opción frente a otros participantes. Dado que quien ocupase la máxima puntuación es quien tiene el derecho a ocupar el cargo por meritocracia.
En el caso de los centros asistenciales de Luruaco, Piojó, Sabanagrande, Ponedera y Sabanalarga (Ceminsa) lograron ganar los respectivos concursos y posesionarse en propiedad, quienes venían actuando como gerentes encargados de los mismos.
Vacíos jurídicos. Para la Uninorte, son evidentes algunas fallas detectadas en la normatividad vigente que rige estos concursos.
Apuntó que a pesar de que la Ley determina los requisitos mínimos que deben cumplir los certificados de experiencia acreditados por los participantes, algunas autoridades judiciales reafirmaron la exigencia de tales requisitos mientras que otras, consideraron que la experiencia se debía tener en cuenta aunque no se acreditara conforme a los requisitos legales.
Así mismo, explica que los requisitos mínimos para el desempeño del cargo tenían en cuenta estudios y experiencia, los cuales eran confundidos con los criterios para valorar esos factores.
Señala además que no estaba claro si era o no procedente el nombramiento cuando ninguno de los aspirantes obtenían un puntaje ponderado igual o superior a 70 como lo exige el artículo 6º de la Resolución No. 165 de 2008, teniendo en cuenta que el artículo 72 de la Ley 1438 de 2011 que es superior y posterior, establece que el nominador debía hacer el nombramiento simplemente en quien obtuviera el más alto puntaje. O si era procedente hacer el nombramiento o no cuando solo uno o dos de los aspirantes obtenían el puntaje mínimo exigido, pero no era posible integrar la terna.
Lo anterior como quiera que la ley estableció que esta solo opera como lista de elegibles en caso de que el primero o el segundo no aceptaran el cargo.
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Por Marly Obredor Salazar