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Las tormentas eléctricas que se han registrado en Barranquilla en las últimas horas prendieron las alarmas sobre la necesidad urgente de instalar en edificios, residencias y todo tipo de inmuebles, pararrayos y puestas (o ‘polos’) a tierra para prevenir accidentes fatales o, en el mejor de los casos, daños de electrodomésticos, como ha venido ocurriendo.

Electricaribe detectó que un alto porcentaje de los usuarios no cuentan con ninguno de estos sistemas de protección o, lo que es peor, sí tienen puesta a tierra pero no instalan la llamada varilla de cobre y sus accesorios, como indica la norma.

'Cuando hay un reclamo por daños, lo primero que hacemos es una inspección y detectamos en muchos casos que no cuentan con el sistema o, en su defecto, está mal instalado', dice Betty García, gerente de la zona Atlántico de la empresa de energía.

Explicó además que las instalaciones domésticas o industriales de los nuevos solicitantes del servicio de energía deben contar con un certificado avalado por un electricista profesional, incluyendo la puesta o el polo a tierra, según lo especifica el Reglamento Técnico de Instalaciones (Retie).

Para edificios y condominios la exigencia es aún mayor: incluye visitas e inspecciones a sus instalaciones eléctricas.

Pese a las graves repercusiones de no poseer ninguno de los dos mecanismos, en Barranquilla no existen estadísticas sobre el porcentaje de usuarios residenciales, comerciales o industriales que cumplen.

Según Electricaribe, la red de distribución eléctrica cuenta con sistemas de protección, tanto en las subestaciones como en las redes que transportan la energía.

Vale la pena recordar que el pararrayos es un artefacto que ubicado en lo alto de un edificio o una casa, tiene la función de dirigir al rayo junto con su enorme carga eléctrica hacia la tierra a través de un cable, para que no cause daños.

Con la puesta a tierra se obtiene un incremento en la seguridad, ahorro de energía, mayor calidad y tiempo de vida en los electrodomésticos, y la disminución de calentamiento en motores y cables, ya que mantiene la tensión eléctrica bajo condiciones normales de operación.

Además, elimina la posibilidad de electrocución en aquellos aparatos con extensiones o enchufes de ‘tres patas’.

La más reciente víctima de un rayo, Juan de Ávila Buelvas, de 48 años, murió el 6 de septiembre, cuando iba en bicicleta por la carrera 38 con Circunvalar.

El 21 de agosto, otra descarga eléctrica cobró la vida de una niña de 5 años en el balneario de Bocatocino, Juan de Acosta.

Por Alix López
Twitter: @alixlopezvargas