John F. Kennedy se convirtió el 22 de noviembre de 1963 en el cuarto presidente de los Estados Unidos asesinado mientras ejercía el cargo. Fue abatido a balazos mientras participaba en un desfile automovilístico en Dallas (Texas), por el francotirador Lee Harvey Oswald, quien habría planeado y ejecutado el asesinato en solitario, según versiones oficiales que posteriormente han sido ampliamente cuestionadas por investigadores e historiadores. Oswald fue identificado por el servicio de inteligencia como un fanático con conexiones comunistas, y asesinado dos días más tarde, lo cual solo ha contribuido a aumentar el misterio sobre el magnicidio.
