Alrededor de la ‘lluvia’ de papa que está regalando el Gobierno Nacional a habitantes de pobreza extrema ya empiezan a tejerse muchas historias.
Que el tubérculo está siendo comercializado en el mercado y las tiendas de barrio y que el bulto lo ofrecen los carretilleros por los barrios a 2.000 pesos, fueron algunas de las versiones que ayer se escucharon entre una fila interminable de hombres y mujeres que aguardaron de manera infructuosa en un barrio del sur de la ciudad.
‘‘¡Queremos papa! ¡Queremos papa!’’, gritaban frente al parqueadero de la calle 30 con carrera 15 en el que estaban parqueados tres camiones con 680 bultos cada uno.
Los hombres y mujeres que habían llegado desde las 6 de la mañana con el fin de llevarse varias libras de papa para su casa, tuvieron que regresarse con las manos vacías.
'Nos dijeron que aquí solo guardan los camiones y que aquí no regalan nada. Hicieron caminar al pueblo que tiene hambre. Entonces, por qué no explican bien', dijo en tono molesto Sixta Ramírez, que se desplazó desde el barrio Galán.
A su lado, Jairo Fornari, del barrio Las Nieves, aseguró que 'si en todos los barrios han entregado papa, por qué nos niegan ahora algo que es un regalo'.
A Ana Freyle, de Las Nieves, y quien llegó con su bebé, le pareció 'una injusticia la falta de información y la larga espera'.
Las quejas ciudadanas por la falta de información sobre el sistema que se está aplicando para entregar las donaciones, obligó al personero distrital, Jaime Sanjuan a intervenir en ese punto de la ciudad para evitar desmanes.
Finalmente, se conoció que los funcionarios de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema -Anspe- son los encargados de distribuir la papa con prioridad a los beneficiados de la Red Unidos.
Una fuente de la agencia indicó que al Atlántico llegaron 30 tractomulas con 680 bultos cada uno para ser distribuidos en todo el Departamento.
De acuerdo con la programación, reportó que desde las ocho de la mañana de hoy la papa será entregada en el parqueadero del estadio de béisbol Tomás Arrieta.
Sobre la venta del tubérculo por parte de quienes lo han recibido, la fuente consultada respondió que es una situación que se les sale de las manos.
'En los puntos previstos, la papa fue gratis. A nosotros también nos llegaron quejas que habían familias que repitieron en la fila', indicó.
También explicó que la Red Unidos tiene un conector social que visita las familias que van a ser beneficiadas y a las que se les avisa de manera previa sobre la realización de cualquier programa que se realice con ellos.