La final del torneo distrital de fútbol callejero ‘Va jugando’, que se realizó ayer a las 5 p.m. entre los equipos Los Mijitos, de Carrizal, y Los Pepos, de Santo Domingo, llenó de colores y alegría la Plaza de La Paz e hizo honor a su nombre, gracias al comportamiento intachable tanto de la hinchada presente como de los jugadores.
Es bueno destacar la actitud deportiva de estos jóvenes que pertenecen a los diferentes parches, combos, pandillas y grupos juveniles en conflicto y de alta vulnerabilidad identificados en las cinco localidades de Barranquilla y que, por su entrega y dedicación, las llamadas fronteras invisibles y un gran porcentaje de las agresiones y riñas y conflictos han venido disminuyendo desde que se comprometieron con el balón y el cambio en sus vidas.
El sabor del barrio, el goce de la champeta y la música urbana fueron los primeros ingredientes que dieron paso a una fiesta que brilló por la ausencia de la violencia y la agresividad.
Se le dio paso al talento y a la picardía que reposa en los pies de nuestros jóvenes de los barrios populares y deprimidos de la ciudad. Se demostró una bella relación con la pecosa redonda, donde de verdad se destacan y son unos duros, tanto, que da gusto observarlos olvidarse del filo de la navaja, de las riñas, de los viejos rencores y de toda esa atmósfera negativa que los circunda y los empuja hacia el delito y las malas mañas.
La animación de los espectadores y de la hinchada que llegó a alentar a sus compañeros, le regalaron un color especial a un evento que terminó con muchos goles, risa, felicidad, danza y compañerismo sin igual, teniendo en cuenta que estos jóvenes pertenecen a los diferentes parches, combos, pandillas y grupos juveniles en conflicto y de alta vulnerabilidad.
Y rodó la pecosa. El silbato inicial invitó al equipo de Los Mijitos que luciendo sus cortes de cabello coloridos y las crestas al estilo mohicano, desde el principio se posicionaron de la cancha enseñando un juego colectivo veloz, compacto y muy bien asociado que envidiarían algunos encopetados clubes de nuestro campeonato profesional. Sin embargo, no fueron ellos los que abrirían el marcador.
Los Pepos, algo más reservados y cuidadosos, a punta de pelotazos y cañonazos a larga distancia romperían la malla rival al minuto diez.
Después del gol, Los Pepos se apropiaron por unos minutos de la esférica de un partido lleno de emociones de principio a fin.
¡Tiren al arco, tienen que tirar de afuera, eso es lo que les está faltando a los vales!, gritaba uno de los hinchas de Los Mijitos de Carrizal.
Al minuto 12, Los Mijitos reaccionaron y luego de un tiro de esquina en que la pelota quedó pagando y en medio de una jugada confusa, la esférica logra vencer la valla de Los Pepos.
Después vendrían, casi en seguidilla, 4 goles más de una muy buena factura, en medio de una sinfonía de toques, tacos y gambetas que enriquecieron el cotejo que a esa altura se vivía a lo grande.
El equipo de Los Mijitos durante la celebración de uno de sus goles.
El segundo tiempo se libró entre algunas faltas, nada graves de parte y parte, roces normales en medio de la algidez de la disputa y el partido se fue inclinando del todo hacia el poderío de los amarillos, Los Mijtos de Carrizal, que se cansaron de anotar en la malla contraria.
Faltando un par de minutos para que terminara el partido, Yulenis Miranda, el aporte femenino del equipo Los Mijitos, sellaría las acciones del cotejo con una bella pintura que se quedaría en la retina de los presentes. En una jugada de toque rápido que ella recibe de primera y con un taquito al mejor estilo de los dioses de la redonda la manda a guardar al fondo de la red.
Esa jugada exquisita extraída del jogo bonito fue recibida con una salva de aplausos que estalló entre público presente, y tanto compañeros como asistentes celebrarían a rabiar.
Luego lo que vino fue un simple trámite del partido donde Los Pepos, por más que quisieron, no lograron despertar .
En ‘Va jugando’ lo de menos son los goles. Todo indicaba que el campeonato ya estaba en manos del equipo ganador, sin embargo, la dinámica de este campeonato es mucho más complicada y los goles al final de cuentas no son los que deciden.
En este campeonato no gana el que más goles marque, porque además de las condiciones deportivas el programa busca rescatar valores como el compromiso, los derechos y deberes en la cancha, la solidaridad con el compañero o el rival, el compañerismo en el equipo y la participación de todos los integrantes.
En esta área Los Pepos, que perdieron por un marcador abultado en lo deportivo, resultaron ganadores en lo social. Siendo así las cosas, el resultado general fue un empate sobre un marcador y un puntaje simbólico.
Un empate que se logró saldar luego de un largo debate en el que intervinieron los mediadores del programa y los mismos jugadores de cada equipo, reconociendo cada uno sus faltas y sus debilidades en la cancha respecto a los verdaderos valores que este programa busca rescatar.
Haciendo honor a la solidaridad y la claridad, y con una humildad digna de admirar en el equipo, Los Pepos aceptaron su derrota en lo deportivo y en cabeza de su mediador declararon como campeones a Los Mijitos, no sin antes exigir una pronta y merecida revancha.