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Veinte viviendas de la calle 30, entre las carreras 2 y 2B del barrio Simón Bolívar, fueron construidas de manera irregular, a escasos centímetros del peligroso arroyo ‘Don Juan’.

Los propietarios de los inmuebles levantaron las paredillas de sus patios sobre el muro de contención del arroyo.

Afirman que hace unos siete años se vieron en la necesidad de hacer la obra para tratar de contener las aguas del Don Juan, que impetuosamente ingresa a sus viviendas, como sucedió el pasado 6 de septiembre.

Jorge Navarro, residente del sector, comentó que la paredilla que construyó al lado del arroyo no solo es para protegerse de las caudalosas aguas sino del continuo asedio de los drogadictos, quienes en la noche merodean por el arroyo para consumir sustancias alucinógenas. 'En ocasiones, intentan ingresar a las viviendas a robarse lo que encuentren', narró.

Navarro, así como otros vecinos consultados por EL HERALDO, reconocen que están infringiendo las normas al invadir parte del cauce del arroyo.

Asegura que se vieron forzados a hacerlo por el incumplimiento del exalcalde Alejandro Char, quien a pesar de prometerlo nunca ordenó alzar el muro de contención del ‘Don Juan’ para proteger a la ciudadanía de posibles emergencias por la subida de las aguas, y de los malhechores.

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Imagen de archivo de los vecinos del sector que muestra las aguas del arroyo a pocos centímetros de desbordarse.

Para Alfredo Reyes, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, seccional Atlántico, estas personas no pueden apropiarse de la franja de protección que se construyó entre el arroyo y la cuenca, porque ese es un espacio público.

'Lo que exige el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) son 30 metros de distancia entre las casas y los arroyos grandes, como en el caso de la calle 30. Cuando son más pequeños, la distancia debe ser de 15', argumentó Reyes.

Agrega el experto en urbanismo que el POT regula la reubicación de todas esas viviendas que se encuentran en una franja que se denomina de alto riesgo, y el Estado tiene la obligación de salvaguardar la vida y honra de las personas que ahí habitan. Asimismo -asevera el arquitecto- la gestión de riesgo del Distrito está obligada a implementar planes de relocalización de todas esas viviendas en peligro, como en el caso del arroyo ‘Don Juan’.

En uno de sus apartes, el POT señala que 'la socialización, prevención de las amenazas y riesgos y la atención de las emergencias y desastres se basará en estudios técnicos integrales y en el desarrollo e implementación de planes maestros de gestión de riesgos (…) Se prohibirá toda forma de construcción en zonas de protección y en aquellas que presenten antecedentes de eventos de calamidad, emergencia y/o desastre de origen natural y/o antropico'.

Frente al peligro que representa el arroyo, los vecinos recordaron que el 6 de septiembre, día en el que la selección Colombia jugó contra la de Ecuador por las eliminatorias al Mundial de Brasil 2014, cayó un torrencial aguacero sobre la capital del Atlántico que generó varias emergencias.

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Entre la acera y el cauce del arroyo no hay barandas de protección. Los delincuentes también aprovechan para atracar a los transeúntes y escapar por el ‘Don Juan’.

Una de estas situaciones se presentó en este sector del barrio Simón Bolívar, donde sus residentes lograron captar las imágenes de la inundación, que a algunos los dejó sin nada.

Una de estas damnificadas fue Miriam Cárdenas, de 63 años, habitante en la carrera 2B con calle 30 del barrio desde hace 39 .

Según la mujer, esa tarde la pared que construyó la tumbó la fuerza del agua y, 'para rematar', los consumidores de drogas que merodean esa parte de la ciudad intentaron robarle lo poco que le quedó.

Por fortuna, relata, la solidaridad de sus vecinos y de un perro que tiene, evitaron que ocurriera lo peor, porque el personal de la Policía Metropolitana hace muy poca presencia en el sector.

Luis Ramírez, miembro de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio, reitera que la pasada Administración prometió que iba a hacer un muro más alto, pero la obra quedó inconclusa.

Agrega que la administración distrital del momento construyó un tramo desde la carrera 3C hasta la 3A, pero —de allí hasta la calle 30— las casas restantes quedaron a merced de las aguas y los delincuentes.

'Los vecinos se han visto en la necesidad de levantar las paredes porque el arroyo antes era más amplio. Entonces, cuando se canalizó, redujeron su ancho, y ahora se desborda', denunció el líder comunal.

Según la Junta Comunal, más de 20 viviendas están localizadas al borde del arroyo, y el día que se desbordó el ‘Don Juan’ más de 120 personas resultaron afectadas.

EL HERALDO se comunicó con la oficina de prensa de la Alcaldía para hablar con la Secretaría de Prevención de Desastres, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.