Mientras que a través de un decreto, la reina del Carnaval, María Margarita Diazgranados Gerlein, ordena y manda a los barranquilleros a gozar, bailar y rumbear durante las fiestas carnestoléndicas 'hasta que el cuerpo aguante', la Iglesia Cristiana, como lo ha hecho durante los últimos doce años, leerá un Decreto de Santidad para ponerle su dosis de orden a la ciudad.
Y mientras se lee el bando y se enciende la fiesta, el teólogo Iván Castro, autor de esta iniciativa, llama a la Iglesia en Barranquilla a unirse en una estrategia que él denomina 'derribando fortalezas', para destruir lo que consideran 'oposiciones espirituales en la ciudad'.
Ahí no hay rey momo ni reina ataviada de colores. 'Realizamos un Decreto de Santidad diferente cada año, en el que se coloca lo opuesto a las declaraciones que hace cada reina del Carnaval durante la lectura del bando y adicionalmente bendecimos la ciudad y cancelamos todo lo que promueva la violencia y desintegración familiar', explica el pastor de la comunidad El Camino.
El líder cristiano describe que, a diferencia de la proclamación que hace la reina de esta fiesta, al anteponer 'la merced que le concede el dios Momo, descendiente de caos e hijo de la noche', ellos utilizan el nombre de Jesucristo y colocan textualmente 'en uso de la autoridad, que nos ha sido concedida por la misericordia del único y verdadero Dios…'.
Así, en contraposición al ambiente de rumba, durante los 4 días de Carnaval, dice Castro, se organizan actividades musicales y de evangelización, como alternativa de diversión y júbilo 'sin necesidad de acudir al desenfreno', y con la intención de no hacer uso de sustancias alcohólicas y alucinógenas y 'reducir el desorden público'.
Iglesias unidas. Pero la celebración religiosa no se detiene sino que acompaña el Carnaval. En los días previos a las festividades, varias iglesias, entre ellas Centro Bíblico Internacional, organizan caravanas en horas de la madrugada, que recorren las entradas principales de Barranquilla a bordo de vehículos.
De acuerdo con la concejal Ester Molinares, miembro de esta congregación religiosa, el propósito es 'orar a favor de la ciudad, pidiéndole a Dios su misericordia y protección' en un ambiente dominado por monocucos, congos y negritos.
Molinares afirma que así se promueve un recorrido y estadía en puntos estratégicos de acceso a Barranquilla, para decretar bendición a todo aquel que entre y salga de esta capital.
'En el nombre de Jesús, desatamos bendición y echamos fuera toda maldición sobre nuestra ciudad', afirma Molinares, con fe absoluta.
Asimismo, como apoyo a la actividad, las cuatro emisoras cristianas (Radio Minuto, Radio Vida Nueva, La Voz de la Patria Celestial y Plenitud Stereo) se vinculan en la transmisión en directo de esta programación.