Fue un día especial. La Catedral Metropolitana María Reina parecía insuficiente para tanta gente. Llegaron de todos los rincones del Atlántico, también de Antioquia, de otros lugares del país y hasta del exterior. Todos querían primera fila. Todos estaban felices porque el amigo bueno, el hombre de gran corazón, el constructor incansable de templos y otras obras arquidiocesanas, el 'Tamayito' de todos, sería consagrado obispo.
Aquel 24 de enero de 2004, a las 10:00 a.m., se dio inicio a la ceremonia que desde hacía mucho tiempo la comunidad atlanticense esperaba y que quizás por eso no extrañaba, pero sí emocionaba en gran medida a quienes conocemos el talante de monseñor Víctor Tamayo Betancourt.
Él, notablemente emocionado, ingresó a la Catedral junto con una fila casi interminable de sacerdotes y obispos, entre ellos el Nuncio apostólico Benniamino Stella. Sonrisas y lágrimas enmarcaban el rostro de este pequeño gran hombre de Dios nacido en Anorí, Antioquia, el 20 de julio de 1937 y ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Barranquilla el 20 de diciembre de 1964. Cuarenta años más tarde este incansable paisa de corazón costeño sería sorprendido para que siguiera sirviendo a la Iglesia desde el episcopado.
Varias preguntas suscitaban tal acontecimiento eclesial: ¿Cambiará su forma de ser ahora que es obispo? ¿Le podremos seguir diciendo 'monse', 'Tama', 'Tamayito'? Y, sin duda, la pregunta del millón era: ¿Lo trasladarán a otra diócesis?
Estos diez años han sido más que suficientes para dar respuesta a estos interrogantes que ayer inquietaban. Asimismo, este tiempo ha permitido confirmar que monseñor Tamayo es un obispo muy especial por su sencillez, espontaneidad, cercanía a las personas, amabilidad y total disponibilidad para el servicio.
Ya se acerca su retiro del gobierno eclesial, de hecho hace año medio -al cumplir 75 años de edad- presentó su renuncia ante el Santo Padre, pero el Papa Benedicto XVI le pidió que esperara un poco más. Ahora estamos a la espera de lo que diga el Papa Francisco. Pero, como él no se limita a los títulos o cargos, seguramente continuará muy activo en sus peregrinaciones al Morro para promover la devoción mariana y participando en todo aquello que signifique dignificación para el ser humano y progreso para nuestra región.
A los grandes hombres de Dios nada les sucede por casualidad, y 2014, año en el que el papa Francisco lidera en la Iglesia una renovación pastoral fruto de la fidelidad en la instauración del Reino de Dios, nuestro Tamayito celebrará tres grandes acontecimientos: sus 10 años como Obispo Auxiliar de Barranquilla el viernes 24 de enero, los 15 años de creación del Santuario Mariano en El Morro el 8 de marzo y los 50 años de ordenación presbiteral el 20 de diciembre.
En la mañana del viernes 24 de enero, al culminar los retiros espirituales de los sacerdotes del Atlántico en el Seminario Regional Juan XXIII, se celebrará la Eucaristía del décimo aniversario episcopal de Tamayito y sus hermanos sacerdotes le brindarán un merecido homenaje.
La sencillez del Obispo Tamayo se hizo más evidente solicitando encarecidamente que este acontecimiento no se festejara de otra manera, sino que se pudiera centrar en una Eucaristía en la Catedral Metropolitana María Reina del viernes 24 de enero, a las 6:00p.m.