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La contaminación de los caños de Barranquilla era un problema de vieja data que parecía no tener solución. Estos se convirtieron en la cloaca del Distrito, pues comenzaron a recibir las descargas de aguas negras de todos los barrios del suroriente y aquí terminaban las basuras y desechos sólidos que arrastran los arroyos tras los torrenciales aguaceros.

En el 2005 el Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, declaró de importancia estratégica para el país el Plan de Saneamiento de los Caños de la Cuenca Oriental de Barranquilla y en el 2007 iniciaron los trabajos cuyo objetivo era eliminar los vertimientos de aguas residuales a los caños de la Auyama, del Mercado, de las Compañías, los Tramposos, Arriba, Agromar y caño C.

Hoy el saneamiento de los caños es una realidad hasta el punto que ayer la alcaldesa Elsa Noguera pudo recorrerlos a bordo de una canoa en compañía de la secretaria de Salud, Alma Solano; Norberto Guette, representante de la organización social Unipez y Rodolfo Ramos, presidente de Corpocaribe, entre otros.

'Este es uno de los proyectos más grandes que tiene Barranquilla en materia ambiental', dijo la alcaldesa Elsa Noguera, quien se encargó personalmente de liderar los comités de seguimiento de las obras.

La secretaria de Infraestructura del Distrito, Nury Logreira, explicó que el saneamiento se logró mediante la construcción de interceptores que vierten las aguas a unas estaciones elevadoras y de bombeo, para descargarlos al río Magdalena mediante un emisario subfluvial.

La funcionaria explicó que con la eliminación de las descargas a los arroyos y vías públicas se mejorara la calidad de vida y las condiciones sanitarias y de salud de la población.

Logreira enfatizó que fueron recuperados 10 kilómetros de caños y las obras serán entregadas mañana a las 3:30 de la tarde con la presencia del ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao. El evento será en la Edar Barranquillita.

Agregó que este proyecto, con el cual los caños se convertirán en canales, significa la recuperación de toda la extensa zona de la cuenca oriental, para que sus actividades de mercado público, principalmente la venta de alimentos, se desarrollen en condiciones de salubridad.

También se beneficia una parte de la ciudad que está recibiendo 'inversiones importantes como la construcción de la Avenida del Río, el impulso al desarrollo urbano de La Loma y la recuperación del Centro Histórico, propósitos que hacen parte de nuestros objetivos de una Barranquilla sostenible ambientalmente y una Barranquilla ordenada', expresó.

La obra tuvo un costo de $86 mil millones de pesos, recursos aportados por la Nación y el Distrito. Entre las entidades que participan en el proyecto están Edubar, Foro Hídrico, Secretaría de Infraestructura y la Triple A.

El proyecto estuvo a cargo de la Unión Temporal Cuenca Oriental 2006 representada por Sergio Torres y la interventoría a cargo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA.

El saneamiento ambiental de la cuenca oriental de Barranquilla comprende 9 actuaciones o proyectos que integran todo el sistema, (ver infografía) entre ellas la construcción de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Barranquillita- Edar Barranquillita, considerada una de las dos obras más importantes porque recibirá las aguas servidas que se vierten en los caños de la Auyama, Arriba, del Mercado y de los Tramposos, provenientes de la zona suroriental de la ciudad. Desde ella, mediante un sistema de pretratamiento avanzado las aguas serán conducidas al río Magdalena a través del emisario subfluvial. El sistema también comprende un muelle de 115 metros de longitud y sobre él una tubería que depositará en el río Magdalena las aguas servidas pretratadas provenientes de los caños.

El gerente del Foro Hídrico, Gonzalo Baute, explicó que con este proyecto las aguas residuales que son descargadas directamente en los caños y en menor proporción directamente en el río Magdalena, serán recogidas para llevarlas a estaciones recolectoras y de bombeo, y de ahí a otra gran estación de pretratamiento para ser descargadas adecuadamente, a través de un emisario subfluvial, en el río Magdalena, garantizando así su dilución de manera inmediata por el caudal y velocidad de su corriente.