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A raíz de la decisión del Consejo Superior de Política Fiscal, Confis, de aprobar las vigencias futuras por $660.000 millones para el proyecto del nuevo puente Pumarejo, la Sociedad de Ingenieros del Atlántico y el Comité Intergremial señalaron que el impacto de la obra depende de la construcción de la doble calzada Ciénaga-Barranquilla.

La presidenta del Comité Intergremial, Beatriz Vélez, dijo que el respaldo del Confis al proyecto es el reflejo del trabajo del Gobierno, pero que hay que revisar la importancia de la doble calzada para mejorar el flujo vehicular en la zona.

'Para que el puente logre articular al corredor del Atlántico con el del Magdalena debe haber conexión vial. La ministra de Transporte la semana pasada nos dijo que está gestionando el tema ambiental para el desarrollo de la doble calzada, por eso estamos tranquilos', dijo Vélez.

El martes, precisamente, la ministra Abello anunció que abrirá la licitación para esta obra antes de que termine el 2014, y que la adjudicación está proyectada para el 16 de abril de 2015.

Las vigencias futuras aprobadas son extraordinarias y corresponden a $60.000 millones para 2015; $267.758 millones para 2016; $273.906 millones para 2017 y $58.336 millones para 2018.

Luis Narváez, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, explicó que el diseño está ajustado a las necesidades de la zona, pero que será clave la mejora de los accesos tanto del Atlántico como del Magdalena.

'Solo hacer el puente no es suficiente, porque la movilidad depende de cómo continuar el camino antes y después de la estructura. Esperamos otra buena noticia del Gobierno sobre la doble calzada', señaló Narváez.

Acerca del empalme con la glorieta en Barranquilla, Narváez dijo que según los diálogos que tuvo con los ingenieros del proyecto, ese aspecto no estaría incluido en los diseños.

El presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura, José Vengoechea, asegura que el nuevo puente facilitará la entrega de concesiones portuarias a empresas interesadas en manipular mercancía a lo largo del río Magdalena hasta Calamar, porque su altura, que será de 45 metros, permitirá el paso de buques de gran calado.

Los gremios coinciden en que el complemento de la obra es el dragado, para mejorar la movilidad. Sobre si el puente viejo sería derribado, Vengoechea explicó que lo más lógico es que sí, pues 'no tendría sentido tener una obra así con un obstáculo cerca'.

La construcción está proyectada a cuatro años y contará con dos calzadas de tres carriles cada uno, una ciclovía en cada calzada de 1,50 metros y una vía peatonal de 2,50 metros (ver infografía).