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La cocina callejera en la que María Elena Torres prepara bocachico en cabrito desde hace siete años, tuvo ayer un traslado ‘express’.

Pasadas las dos de la tarde, ella tomó sus 150 platos, sus más de 300 cubiertos y su estufa para llevarlo todo al local que le entregó la Alcaldía junto al edificio de la Intendencia Fluvial. Allí quedan ahora El nuevo cabrito express y La nueva islita.

'El nuevo punto será mejor. Ya no tendremos la comida al aire libre y el sitio será más cómodo para nosotros y los clientes', contó María Elena. Junto a ella fueron trasladados 18 vendedores más; tres de ‘cabrito’ y 15 de ‘La Islita’.

El traslado fue previamente concertado con este grupo de vendedores, pues la zona que ocupaban los locales anteriores está ubicada en medio de los 4.700 metros cuadrados que serán recuperados para un proyecto que integrará al Parque Cultural del Caribe con la Intendencia Fluvial.

El nuevo punto de reubicación corresponde a los 6.850 metros cuadrados que fueron integrados a la Plaza Río Grande de la Magdalena.

La secretaria de Espacio Público y Contro Urbano, Diana Amaya, explicó que hoy les entregarán dotaciones a los trasladados. 'Cada local cuenta con su letrero y hoy (ayer) dimos cuatro mesas por propietario con 16 sillas'.

Lo que importa es el sabor. Cuando María Elena terminó su mudanza, llegó a la esquina donde terminaba de ser desmotando el restaurante ‘Cabrito Express’. Ella contó que el nombre le fue colocado por la habilidad con la que es preparado allí este alimento: 'en diez minutos ya tenemos todo listo'.

Luego de 15 años de experiencia, para María sus jornadas consisten en cortar el bocachico por la mitad, llenarlo de verduras y ponerlo a cocinar tras amarrarlo con una pita.

'Yo puedo vender hasta más de un millón de pesos al día. A la gente le gusta mucho el cabrito que preparamos y siempre nos buscan adonde vayamos', dijo Torres.

Ella recuerda que hace 40 años fueron ubicadas las primeras cocinas de este alimento al frente de San Andresito, donde ahora queda el Parque Cultural del Caribe.

'Yo llegué allí hace como 15 años y cuando llevaba unos ocho nos trasladó la Alcaldía a la esquina que ahora dejamos', comentó la cocinera.

Habitantes de la calle desmontaron lo que quedó en los locales.

Afif Siman, secretario de Cultura, dijo que la popularidad del producto ha llevado a que este tenga importancia a nivel gastronómico, hasta el punto de que puede ser considerado un patrimonio de la ciudad. 'No importa que lo trasladen, pues el valor está en la comida', afirmó Siman.

Precisamente, a María Elena no le preocupa la mudanza. Dijo que los clientes irán a buscar el cabrito que ella prepara y que junto al río aumentarán sus ventas, pues el desplazamiento fue solo de unos 100 metros.

Pero la nostalgia ‘brillaba’ en sus ojos mientras observaba cómo quedaba en ‘esqueleto’ una de las cocinas más populares de Barranquilla. A las cinco de la tarde de ayer, los habitantes de la calle despojaban el sitio y peleaban entre ellos por quedarse con láminas de zinc, cables y demás elementos para revenderlos en la calle.

'Pues que cojan lo que sobra. Nosotros vamos a estrenar sillas y mesas y tendremos un mejor techo ', dijo María.

A una nueva islita. Perseveranda Taniba también fue trasladada. Ella expende licor desde hace cuarenta años en el sector; inicialmente en San Andresito y luego en La islita.

'Estoy tan contenta porque al fin tengo un sitio bonito para trabajar', comentó Taniba.

Cuenta que desde el sábado inició su traslado, pero que como el Distrito le regalará una nevera nueva, prefirió llevar para su casa la que la acompañó durante años.

'Solo esperamos que todos vengan hasta acá. Este sitio es más tranquilo y nos ayudará a brindar un mejor servicio al cliente', afirmó Perseveranda, quien confesó que siempre estuvo a la espera de que la Alcaldía le diera un mejor local. 'Perseveré en mi espera y aquí estoy recibiendo todo', afirmó entre risas.