En víspera de Navidad, la temporada que significa para el comercio local la aparición de miles de compradores volcados en los almacenes del histórico y patrimonial Paseo Bolívar, las cosas marchan a toda máquina.
De acuerdo con Dina Luz Pardo, directora de Asocentro, gran parte de ese despertar se debe a las mejores condiciones de las vías, a la restauración y remodelación interna y externa de edificaciones que por años permanecieron abandonadas y a la recuperación paisajística del entorno, con lo que se ofrecen unas mejores condiciones de atención a los clientes.
Pardo destaca que estos cambios se deben al 'innegable y fundamental' aporte de inversionistas antioqueños, además de las inversiones y proyectos que ejecutaron distintas administraciones distritales, desde el exalcalde Bernardo Hoyos hasta las que hoy continúa la alcaldesa Elsa Noguera de la Espriella.
EL RENACIMIENTO. De lado y lado de ambas aceras, nuevos y vistosos centros comerciales mejoran el entorno urbano que desde mediados de los años 70 comenzó a marchitarse por el desorden que comenzó a apoderarse de esa pujante zona barranquillera.
Centros comerciales como Bolívar Plaza, Estreno, Centro Comercial Colombia, Los Ángeles, la Galería Real, el Shopping Center, Zavia y otros proyectos en marcha, hacen parte de nuevo empuje que le está cambiando la cara al tradicional Paseo Bolívar.
Pardo asegura que en los últimos 20 años la inversión de comerciantes privados en esa zona sobrepasa los $250 mil millones. Durante ese tiempo, la ‘avanzada antioqueña’ ha contribuido a crear 100 mil empleos. 'Aquí en Navidad se duplica el número de gente trabajando', comenta.
Comerciantes locales se han sumando a la ola del cambio. 'Lo interesante es que los costeños, en aras de la competitividad, no podemos permitir quedarnos rezagados y por eso tenemos que seguir despertando', asegura Pardo.
Centenares de compradores se vuelcan en esta temporada al Centro.
GÉNESIS DEL AUGE. Ramiro Zuluaga, pionero del renacer, recuerda que hace 22 años, durante una visita a la ciudad con fines comerciales, hizo un corto recorrido por el Centro y al conocer el abandono de decenas de edificaciones patrimoniales vio una 'oportunidad de negocio'.
'Algo me decía que aunque nadie quería invertir, aquí se podía hacer un cambio. Lo más importante fue que me di cuenta de que esa misma crisis del Centro y su abandono facilitaba la inversión, porque los precios de los edificios estaban por el suelo', destaca Zuluaga.
Esa idea primero intentó vendérsela a inversionistas locales. 'Aquí no me hicieron caso y me fui para Medellín y allá vieron en esto una oportunidad y así comenzamos. Con el dinero de todos los inversionistas se pagaba el edificio y su remodelación'.
Explica que la estrategia ha sido sacar adelante 'proyectos asociativos', en los que, primero, elaboran una idea, un plan, y luego de concebido lo socializan entre varios interesados, que, en últimas, o compran la prima (valor comercial de un establecimiento) o el local como tal.
El primero de los proyectos, hace 22 años, fue el Shopping Center con 500 locales comerciales. En esa época cerca de 900 paisas, entre propietarios, administradores y arrendatarios, sin su tradicional ruana y carriel se vinieron a esta tierra caliente acariciada por el río y el mar en busca del progreso. Hoy esa cifra se ha duplicado.
Siguieron el Centro Comercial Colombia, con 300 locales; luego el Centro Comercial El Río, con 90, y la diáspora de los amantes de la arepa simple, los frijoles y la bandeja paisa siguió en aumento.
La mayoría vinieron de Granada y Santuario, Antioquia, y hoy por hoy están en la zona comercial 'más importante de la ciudad' como es el Paseo Bolívar. 'Yo les he dicho a los inversionistas del interior que puede tener un metro, un metro cable, un festival de teatro internacional, pero ni a Medellín ni a Bogotá, pueden llevar el río ni el mar', expresa Ramiro Zuluaga al destacar la importancia geográfica de la ciudad.
El antioqueño asegura que el 90% de los empleos generados en estos proyectos los ocupan costeños.
Alberto Salazar, comerciante oriundo de Granda que maneja los hilos del Centro Comercial Bolívar Plaza, inaugurado hace 6 años, cuenta que tuvo su primer contacto con Barranquilla en 1985 cuando su coterráneo Alberto Duque inició un próspero negocio de venta al por mayor de ropa interior en el sector de San Nicolás.
'Este edificio de 8 pisos y 78 locales comerciales costó $1.800 millones. Eso fue una ganga en la que intervinieron varios asociados', destaca Salazar quien explica que muchos de los paisas que hoy tienen negocios en La Arenosa no se conocían, 'pero uno fue trayendo y recomendando al otro y así nos fuimos volviendo paisañeros'.
Lo que opinan los locales
Henry Díaz, un humorista que transita a menudo por el Paseo Bolívar, asegura que esta transformación comercial paisa solo ha sido productiva para ellos. 'Hacen sus centros comerciales, pero emplean a sus paisanos y conocidos. Yo no veo que le den la oportunidad al barranquillero. Se vienen para acá y hacen billete, pero entre ellos mismos', comenta.
El comerciante Álex Santana, si bien ve con buenos ojos todo el empleo generado por el afiance de los paisas en el Paseo Bolívar, mira con recelo lo que él califica como 'acaparamiento del dinero y el poder'. 'Ellos tienen la plata y lo traen de afuera y acaparan todo. Por lo menos le están sacando provecho, aunque no sean de acá', dice.
El también comerciante Eduardo Ospino señala, con cierto desdeño, que los inversionistas costeños no quieren invertir en el Centro y dejaron que los edificios y la zona se deterioraran. 'No podemos negar que estos centros comerciales le han dado vida al Paseo Bolívar, pero ellos están acaparando y de paso acaban con el vendedor pequeño', afirma.