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Wang Huijun es la nueva cónsul de la República Popular de China en Barranquilla. Lleva dos meses en la ciudad y hace parte de los 1.000 compatriotas que residen en la ciudad, según estimativos de la Embajada del país asiático en Colombia.

La capital del Atlántico es la tercera ciudad del país que más alberga ciudadanos del gigante asiático después de Bogotá y Medellín, con 3.000 y 1.800, respectivamente.

El resto de la población, que podría llegar a unos 10.000 en total, se encuentra distribuida en Cartagena, Santa Marta, Cali, Pereira, Armenia, Manizales y Neiva.

Con un fluido español, lengua que manifiesta estudió en la Universidad de Beijing (China), la diplomática habla con completa soltura sobre las bondades que encuentran los ciudadanos chinos en Barranquilla. El comercio es una de estas.

Huijun cuenta que lo primero que se le vino a la mente cuando miembros del gobierno de su país le dijeron que tenía que ejercer un cargo diplomático en Suramérica, más exactamente en Colombia, y, más allá, en la calurosa ciudad que hacia su norte ve mezclar el río y el mar, fue el café. Ni por allí –sostiene- se le pasó por la cabeza que se vendieran tan fácilmente productos originarios de su país; ni que un alto porcentaje de los barranquilleros incluyeran en su dieta diaria el popular 'arroz chino'; ni, mucho menos, que en esta tierra celebraran anualmente un Carnaval que es Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, título otorgado por la Unesco.

'Aprendí que el Carnaval de Barranquilla es el segundo más importante de toda América después del de Río de Janeiro, en Brasil. Dos semanas después de llegar a la ciudad, fui a conocer la Casa del Carnaval para ver cómo era la fiesta y, de inmediato, pensé en una participación de artistas chinos en este Carnaval. En un intercambio cultural', sostiene Huijun.

Sin embargo, de acuerdo con la funcionaria, lo que más le atrajo al llegar a Barranquilla fue la calidez de su gente. En sus 25 años de carrera diplomática –sostiene- no había sido tratada de tan mejor manera a pesar de que solo lleva escasos 60 días. Sale a la calle, visita mercados, cumple con sus obligaciones consulares y atiende una agenda como si ya llevara tiempo, agrega.

'La gente es acogedora, todas las experiencias son agradables, más cuando le brindan a uno patacón (fritura de plátano verde)', añade entre risas.

En cuanto a la culinaria, Huijun precisa que la que venden aquí es 'mitad china y mitad colombiana'. Con humor, la diplomática opina que 'es una comida barranquillera con el nombre chino'. 'Hay elementos chinos, sobre todo en el arroz, pues la forma de preparar es mitad colombiano y mitad chino', repite.

Según datos de Migración Colombia, China es el país de Asia con mayor emisión de viajeros hacia el país. En 2013 llegaron 6.125 personas, 9.3% más que en 2012, cuando el país reportó 5.603 visitantes.

El decreto 834 de 2013 del Ministerio de Relaciones Exteriores, en su artículo 33 establece que 'La cédula de extranjería cumple única y exclusivamente fines de identificación de los extranjeros en el territorio nacional y su utilización deberá estar acorde con la visa otorgada al extranjero'. Y en cuanto a la expedición de cédulas de extranjería a ciudadanos chinos tuvo el mayor crecimiento en 2012 con una variación del 111% en las cédulas de Residente y del 101% en Temporales, con relación al año anterior.

Durante los años 2007-2011, el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS (ya extinto), expidió un total de 1.714 cédulas de extranjería y, por su parte, Migración Colombia entre 2012 hasta la fecha ha expedido un total de 3.581 cédulas de extranjería a chinos, con un incremento del 109%.

En la actualidad, hay más de 28 millones de chinos dispersos en el mundo, no obstante 24 de estos están en su mismo continente. Se estima que en América Latina hay más chinos que en los continentes de Europa, África y Oceanía.

La comunidad china, con presencia en toda América, se caracteriza por su sencillez, perseverancia, y facilidad para hacer negocios, realizando un valioso aporte económico y social.

Los chinos en Barranquilla

Contraria a la cifra que maneja la Embajada China en Colombia, Huijun considera que en Barranquilla puede haber, actualmente, unos 400 ciudadanos chinos residentes que, en su mayoría, se dedican al comercio. Y que los 1.000, según el dato de la embajada central, corresponden a todos los que habitan Barranquilla, Santa Marta y Cartagena, jurisdicción que ella atiende.

'Gran parte tienen pequeños negocios de restaurantes, y venta de productos chinos. Entre los 80 y 90, empresarios chinos ganaron mucha fama. Carlos Wong, fue uno de ellos. Me comentó que tenía 8 empresas en los 90. No ha habido otro chino que haya tenido mejor éxito que él', afirma.

Wong, de 70 años, es el propietario del tradicional restaurante Jardines de Confucio. Es de origen cantonés y su historia, como la de la mayoría de inmigrantes que llegaron a la ciudad, está basada en el comercio. Tuvo tres hijos y, actualmente, solo vive con su esposa y un nieto.

Imagen del interior del restaurante propiedad de Wong.

Dice que los chinos llegaron al país a principios del siglo XX y lo hicieron por el puerto del municipio de Puerto Colombia. Esos primeros chinos –continúa- solo se movieron unos kilómetros y se asentaron en la zona que hoy se conoce como la 'Ye de los chinos', en la Vía al Mar.

Recuerda que llegó a Colombia de la mano de su abuelo y de su padre. Estuvo 19 años en Cartagena y en 1975 llegó a Barranquilla. 'Vine a organizar el supermercado Fortuna. Duró abierto al público hasta 1985. Era uno de los mejores de la ciudad. Mejor que la Olímpica', ríe.

Hoy no se arrepiente de haber tomado otro destino como sí lo hicieron varios de sus familiares, quienes, después de muchos años en el país, emigraron hacia Norteamérica.

'Mi familia la mayoría está en Norteamérica. Me gusta más Barranquilla, por su gente en primer lugar. La ciudad es buena para lo que tú quieras' precisa Wong y en esto coincide con su compatriota Huijun.

No obstante, considera que Barranquilla le ha dado la espalda a muchas cosas. 'En 60 años se han acabado muchas cosas. Ya no existen ni rastro de lo que hubo. Antes existía navegación por el río Magdalena', rememora.

Para él, Barranquilla tiene que darle la cara el río, pues, las grandes ciudades siempre tienen un río próspero 'porque es un medio de transporte muy ágil. No tiene tanto problema como las carreteras', dice.

El apoyo. En uno de sus recorridos por la ciudad, la cónsul Huijun ya tuvo la oportunidad de asistir a la sede de la Colonia china en Barranquilla, en el barrio Las Delicias. Allí encontró a 15 niños, entre los 6 y 15 años, que estudiaban el idioma. Todos barranquilleros de padres chinos.

'Estaban estudiando con una profesora voluntaria, no contratada por la embajada. Los niños y los padres de estos me manifestaron que les hacían falta libros, DVD y un profesor de carrera. Que envíen un profesor chino para sus niños, para que aprendan el idioma, pidieron los padres', menciona la cónsul.

Otra de las solicitudes que hacen los asiáticos, según la diplomática, tiene que ver con la solicitud y renovación de documentos que, por las nuevas políticas migratorias colombianas, los extranjeros tienen que renovar la visa y la cédula de extranjería cada cierto tiempo.

Concluye que los chinos viven felices en Barranquilla y muestra de ello es que 'los que están aquí no quieren irse'. Sin embargo, Huijun recalca que empresarios de su país, que poco conocen de las bondades de Colombia, a veces no encuentran tanta información de la ciudad y por eso optan por otras latitudes de la Nación. 'Creo que Barranquilla debe mostrar más, informar más, para que fluya la inversión'.