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La Tertulia convocada por EL HERALDO reunió ayer, en un mismo escenario, a distintos actores de la escena artística regional, que aportaron sus visiones y reflexiones para construir un diagnóstico –aproximado– de la situación actual del arte en la Región Caribe.

La ausencia de artistas costeños en la muestra principal de Arcomadrid y la baja representación de la región en la exhibición alterna organizada por Mincultura, Arco Colombia, donde de 100 artistas solo se expusieron obras de 12 provenientes del Caribe, fue el detonante de análisis y opiniones que tuvieron eco en las páginas de EL HERALDO y derivaron en la tertulia que tuvo lugar ayer en esta casa editorial.

En medio de la divergencia, uno de los puntos de encuentro y consenso fue que no existe una crisis en la calidad de las obras y artistas que produce el Caribe, pero sí una falla en otros elementos que conforman el sistema del arte.

El Caribe, sin galerías.

El debate fue abierto por el director de EL HERALDO, Marco Schwartz, que dio paso a Eduardo Serrano, curador y crítico de arte considerado pionero en la escena curatorial de Colombia. Serrano se refirió a la principal razón por la que no hubo presencia de galerías de la Costa norte colombiana en Arcomadrid. ‘‘En Arcomadrid no había artistas costeños porque no hay galerías en la Costa’’, dijo Serrano, y añadió que desde su punto de vista la ausencia de un mercado del arte consolidado, en el que no hay coleccionistas, es la principal falla en el engranaje del arte en el Caribe.

A su turno, Néstor Martínez, curador, docente e investigador de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, señaló que el circuito comercial de las galerías y el del dinero pesa, y que hay muchos artistas que le apuestan a ello. ‘‘Sin embargo, el circuito de las galerías y las ferias de artes es uno de los tantos; hay otros iguales o más importantes que una feria de arte’’, dijo.

Sobre las plataformas alternas al circuito comercial, el director de la Biblioteca Piloto del Caribe, Miguel Iriarte, resaltó la importancia de la misión formativa de las instituciones culturales como la Biblioteca Piloto, e instituciones como el Museo de Arte Moderno y el Parque Cultural del Caribe.

‘‘Tienen que construir un gusto e intentar abrir espacios para nuevas generaciones. Que se muestre más allá del imperativo del dinero’’, expresó Iriarte.

Otro tema transversal de la Tertulia fue el papel que tienen las instituciones públicas en la financiación del arte en la Región Caribe. Como representante del Distrito estuvo en la mesa Afif Simán, secretario de Cultura, quien expuso parte de las acciones impulsadas por el Distrito en relación con las artes plásticas desde la Escuela Distrital de Arte y el programa de Casas de Cultura. Aseguró que alrededor de 2.230 jóvenes de los barrios de la ciudad participan en procesos de formación en artes pláticas. En medio del debate, Juan Carlos Buggy, gestor cultural y docente de la Universidad Autónoma del Caribe, criticó el papel del Estado en la promoción y divulgación de los artistas.

‘‘Las entidades del Estado, que deben promover a los artistas, o están haciendo mal su trabajo o simplemente no lo están haciendo’’, expresó.

Propuestas.

Entre los puntos que surgieron como propuestas ante las dificultades que afronta la dinámica del arte en la Región está el enfocar acciones desde las entidades públicas y privadas en la promoción del arte y los artistas. También, promover la creación de estímulos, becas, residencias, proyectos y sistemas de intercambio conectados con circuitos nacionales e internacionales.

Los participantes en la Tertulia hicieron énfasis en la necesidad de realizar alianzas estratégicas entre entidades oficiales y privadas, y, por último, a través de los medios de comunicación, potenciar la difusión y el impulso de los procesos culturales en el Caribe.

Ángel Loochkartt, pintor barranquillero.

Al artista no le preocupa tanto consagrarse en el comercio, porque le afana más profundamente la creación. Es mejor mirarse por dentro y que los voyeristas de otras latitudes nos vean a nosotros y nos puedan encontrar. Cuando la gente lee calidades, sabe dónde está parada.

Néstor Martínez, curador y docente en artes plásticas.

En el campo del arte existen diferentes circuitos. Y cada artista de acuerdo a sus intereses y a su propio desarrollo escoge en qué circuito va a hacer circular su obra. La de las galerías y las ferias de arte es apenas una de los tantas plataformas existentes. Pero hay otros circuitos iguales o más importantes que ese.

Jorge Serrano, artista plástico.

El arte es expansivo, al arte no lo podemos reducir. Cuando entendamos que las diferencias son las que nos hacen grandes, podremos comprender que el Caribe puede generar un desarrollo a nivel nacional. Porque estamos de acuerdo todos que ser Caribe es tener una sensibilidad distinta.

Eduardo Serrano, curador y crítico de arte.

En el Caribe no están las galerías, ni están los coleccionistas. Hay excelentes facultades de Bellas Artes, excelentes museos, todos luchan por hacer las cosas bien hechas, pero si no hay coleccionistas en este momento, es imposible que los artistas logren algún reconocimiento. Para mí ahí es donde falla todo.

Afif Simán, secretario de Cultura Distrital.

La apuesta del sector público es fortalecer los procesos de formación en las artes plásticas. En la actualidad tenemos 2.230 estudiantes aprendiendo artes plásticas y es talento de nuestros barrios. El tema económico hace parte de la ecuación, pero también es importante hacer circular y mostrar el arte del Caribe en esos espacios.

Jaider Orsini, curador.

La imaginación y la creatividad siempre se han sobrepuesto a la falta de infraestructura. Creo que en Barranquilla hay un detrimento en las políticas públicas. El problema no es de talento, el problema es que no hemos construido una plataforma a través de la cual se circule y se difunda lo que hacemos aquí.

Miguel Iriarte, director de Biblioteca Piloto del Caribe.

Tenemos que hacer pedagogía permanente de resistencia en el Caribe colombiano, donde por muchas razones a veces quedamos por fuera de los circuitos generales que mueven el arte en el país. Es necesaria la apuesta de sensibilizar, no podemos apuntar todos hacia el dinero.

María Eugenia Castro, directora del MAMB.

Cuando uno tiene un producto, sale a buscar el mercado del arte. Y ya sabiendo que en Barranquilla no lo hay, los artistas tienen que ir a Bogotá o a Medellín donde sí existen y conseguir un representante. También deben estar pendientes de todas las convocatorias que se abren.

Álex Riquett, fotógrafo y artista visual.

Hacen falta apoyos económicos, saber quién puede ayudar al artista joven en ese sentido para que pueda sacar adelante sus proyectos. Hay proyectos que se quedan estancados porque no hay quien apoye económicamente a un artista para que pueda desarrollar sus ideas.

Zandra Vásquez, directora Centro Cultural Cayena.

Es importante hoy en día agarrarse de las tecnologías; el Internet nos vuelve universales. Los artistas podrían explorar esa plataforma para volverse más globales y universales y poder hacer una autogestión. Los artistas deben buscar la forma de mostrar su trabajo.

María Eulalia Arteta, Dir. Parque Cultural del Caribe.

Una de las cosas que debemos fortalecer en la Costa es reforzar nuestra autoestima y creernos capaces de hacer muchas cosas. El problema es el mercado, los que compran no llegan a todos lados. Además estamos hablando de un mercado sesgado, entonces eso hay que trabajarlo.

Humberto Aleán, maestro en artes plásticas.

El talento está, hay buenos artistas, que son muy creativos. Pero no hay galerías, las marqueterías se han convertido en galerías ahora. Hay que ingeniarse la forma de vender, porque el dinero es importante también, pues el artista tiene que comer y comprar sus herramientas.

Hortensia Sánchez, delegada Sec. Cultura Atl.

Ha habido cambios en el estilo sobre lo que estimula la venta de las obras. No tengo ninguna duda de que el talento en los artistas del Caribe colombiano existe, lo que me pregunto es en qué forma se estimulan los coleccionistas y cómo se pueden atraer compradores internacionales.

Emilia Sáez de Ibarra, Área Cultural de Unimetro.

Somos muy inseguros en la Costa y tenemos un aire victimario. También tenemos mucha teoría y poca práctica. Lo que hace falta es que todos los artistas tomen consciencia y no se dejen victimizar, porque un costeño puede conquistar al mundo.

Roberto Angulo, pintor.

El artista de la Costa Caribe es muy creativo, aquí hay mucha riqueza desde el punto de vista del productor de la obra de arte. Pero no solo hay que preparar al artista, sino también al comprador, porque lo más importante es que el artista venda su obra.

Juan Carlos Buggy, gestor cultural y docente.

Gran culpa de lo que está pasando en el arte del Caribe colombiano es de nuestra clase dirigente empresarial porque no tiene educación visual, no tienen estatura mental ni intelectual para acceder al arte. Aquí no se promueve al arte ni a los artistas.

Elsa Gutiérrez de Piñeres, galerista comercial.

Como galerista y vendedora de cuadros y arte, sé que hay que trabajar para lograr que el comprador invierta en las obras. Barranquilla tiene potencial pero las personas que tienen la capacidad adquisitiva en la ciudad no se interesan por comprar arte.

Néstor Loaiza, acuarelista.

En la región no existe crisis dentro del arte. Uno queda fascinado con el talento y la creatividad que tienen los jóvenes de la región, hay mucho potencial. Considero que sería importante que fueran más los espacios institucionales.

Eduardo Hernández, Bellas Artes de Cartagena.

El mercado es una cuestión de oferta y demanda. Nunca buscar el dinero por el dinero nos ha llevado a nada bueno. El artista trabaja con las ideas, como el filósofo. Debería haber muchos artistas y filósofos en este país y más en esta región. Aquí tenemos todo, yo creo en el arte del Caribe,

Álvaro Suescún, escritor e investigador cultural.

La poesía no se vende, porque no se vende. Es la misma situación del arte, hay un problema que queremos solucionar y ese asunto no son los artistas. Mientras no exista la compra de una obra, la cadena no tiene la debida continuidad, porque así no llega a realizarse el artista.